- o -
Mutilación
genital masculina:
La perspectiva
femenina de defender los derechos de los varones – Parte 1
Represento
en México a la organización norteamericana NOCIRC, donde tenemos por tema la
ética pediátrica, y nos dedicamos a difundir información médica adecuada para
evitar la práctica de la circuncisión masculina.
No vale la pena aquí hundirnos a profundidad en los detalles médicos; baste decir que se trata de una práctica absolutamente innecesaria, rodeada de mitos pseudo “médicos” que impiden verla como lo que realmente es: la amputación, sin indicación médica inmediata, de un tejido genital sano y que no causa ningún problema de salud por el solo hecho de existir. Esta amputación resulta tremendamente dolorosa para cualquiera – bebé, hombre o niño; además de que estudios hechos por diversos investigadores han demostrado que puede tener efectos negativos en la sexualidad y la satisfacción sexual, tanto del hombre como de su pareja (como el que llevaron a cabo Kirsten y Jeffrey O’Hara en su libro “Sex As Nature Intended It”[1]). Un 70% de los varones del mundo, viven su vida entera con genitales intactos y no presentan por ello ningún problema. En la totalidad de Europa la circuncisión es prácticamente desconocida, exceptuando a judíos y musulmanes; y a nadie se le ocurre sugerir que un hombre necesita cirugía por motivo de infecciones, o para tener buena higiene o para prevenir el VPH.
Más allá de toda ciencia y de los estudios que nos puedan respaldar; la piedra angular de la ética médica que promovemos, es una idea muy sencilla: su cuerpo, su derecho. Paralelamente: no es mi cuerpo, no es mi derecho. Ser progenitor de un bebé varón no me da, no debería darme, per se, el derecho de “decidir” para mi hijo una amputación, nos guste o no la palabra, de tejido genital sano. Tejido que tiene funciones bien definidas aunque hasta ahora permanezcan ignoradas por muchos, comenzando por la propia comunidad médica que sigue definiendo erróneamente al prepucio humano como tejido sin valor. Nadie más que el propio dueño de cuerpo, debe poder decidir qué partes del mismo quiere conservar.
No vale la pena aquí hundirnos a profundidad en los detalles médicos; baste decir que se trata de una práctica absolutamente innecesaria, rodeada de mitos pseudo “médicos” que impiden verla como lo que realmente es: la amputación, sin indicación médica inmediata, de un tejido genital sano y que no causa ningún problema de salud por el solo hecho de existir. Esta amputación resulta tremendamente dolorosa para cualquiera – bebé, hombre o niño; además de que estudios hechos por diversos investigadores han demostrado que puede tener efectos negativos en la sexualidad y la satisfacción sexual, tanto del hombre como de su pareja (como el que llevaron a cabo Kirsten y Jeffrey O’Hara en su libro “Sex As Nature Intended It”[1]). Un 70% de los varones del mundo, viven su vida entera con genitales intactos y no presentan por ello ningún problema. En la totalidad de Europa la circuncisión es prácticamente desconocida, exceptuando a judíos y musulmanes; y a nadie se le ocurre sugerir que un hombre necesita cirugía por motivo de infecciones, o para tener buena higiene o para prevenir el VPH.
Más allá de toda ciencia y de los estudios que nos puedan respaldar; la piedra angular de la ética médica que promovemos, es una idea muy sencilla: su cuerpo, su derecho. Paralelamente: no es mi cuerpo, no es mi derecho. Ser progenitor de un bebé varón no me da, no debería darme, per se, el derecho de “decidir” para mi hijo una amputación, nos guste o no la palabra, de tejido genital sano. Tejido que tiene funciones bien definidas aunque hasta ahora permanezcan ignoradas por muchos, comenzando por la propia comunidad médica que sigue definiendo erróneamente al prepucio humano como tejido sin valor. Nadie más que el propio dueño de cuerpo, debe poder decidir qué partes del mismo quiere conservar.
No es
éste el espacio para ahondar, como mencioné, en los detalles médicos, sino en
los sociales, culturales, históricos y de perspectiva feminista. Por razones de
espacio los iré dividiendo en partes. El tipo de activismo que llevo a cabo es
muy peculiar porque me dedico a defender un derecho de los hombres, aparentemente nadando a contracorriente de nuestros
tiempos, cuando el discurso sobre derechos ha girado en torno a las mujeres.
Entre más lee uno acerca de la historia y orígenes de la circuncisión masculina; más se convence de que éste es, por muchas razones, un tema que toca profundamente a las mujeres de las sociedades donde se practica, en variadas maneras. A las madres, a las esposas, a las parejas sexuales, a las doctoras, a las enfermeras. Dentro del conjunto de razones por las que la circuncisión masculina también es un tema de interés femenino, se encuentran las siguientes:
Entre más lee uno acerca de la historia y orígenes de la circuncisión masculina; más se convence de que éste es, por muchas razones, un tema que toca profundamente a las mujeres de las sociedades donde se practica, en variadas maneras. A las madres, a las esposas, a las parejas sexuales, a las doctoras, a las enfermeras. Dentro del conjunto de razones por las que la circuncisión masculina también es un tema de interés femenino, se encuentran las siguientes:
- Lo que ya se mencionó y que podría resultar más terreno,
las razones sexuales. Además de
los O‘Hara, también Frisch y Lindholm en el Instituto Danés de Salud
Pública[2]
demostraron que tanto los hombres circuncisos como sus parejas reportan
con mucha más frecuencia problemas de insatisfacción sexual. Esto nos
lleva a reflexionar si probablemente la práctica de la circuncisión surgió
precisamente de una idea puritana para limitar el placer sexual. Es
ilustrativo que hasta el propio rabino Moisés Maimónides aceptó abiertamente,
en su libro “Guía Para los Perplejos”,
que efectivamente la circuncisión masculina se hace para disminuir el
placer sexual – publicado hace casi mil años. Aún hay quienes me dicen
que, siendo mujer, “no puedo opinar” acerca del pene que es un órgano que
no tengo y jamás tendré. Pero si mi sexualidad puede verse afectada ¿por
qué no iba a tener yo una opinión al respecto?
En las partes siguientes continuaré analizando las
razones por las que la circuncisión masculina también es un tema femenino,
continuando sobre todo con las razones sociales, culturales y patriarcales que
dan para mucha más amplia discusión.
(Próxima parte:
Razones de mortalidad y comparación con mutilaciones femeninas)
Lic. Clara Franco
Más información: http://mexicointacto.blogspot.mx/
[1] O´Hara, Kirsten y Jeffrey. “Sex As Nature Intended It”.
Turning Point Publications, EUA 2001.
[2]
Frisch M, Lindholm M, Grønbæk M.
“Male circumcision and sexual function
in men and women: a survey-based, cross-sectional study in Denmark.”.
International Journal of Epidemology. Oct 2011; 40(5):1367-81.
Gran articulo y siga buscando la verdad para abrirles los ojos a los engañados por el sistema erroneo y capitalista del hombre que por hacer dinero en vender estas pieles se benefician de la ignorancia humana ,en fin mi respeto Sra. Franco !!
ReplyDeleteUna corrección: «... en su libro “Guía Para los Perplejos”, publicado hace casi mil años, que efectivamente ...»
ReplyDeleteEn la parte donde se habla del derecho de los hombres, creo que conviene mencionar que más un hombre se siente discriminado por ciertas ramas del feminismo y menos probable es que apoye al feminismo en general. Y viceversa, más se siente representado y más probable es que apoye la causa.
Finalmente, en el último párrafo, sería importante hablar de esto: http://www.circumstitions.com/Sexuality.html#frisch
Por otro lado, ver un escrito así es un muy necesitado cambio de la perspectiva usual en estas filas, en la que la circuncisión es un hecho dado y la única objeción es que no se gaste la misma cantidad de dinero en hacer algo que proteja más a las mujeres: http://www.alternet.org/reproductivejustice/92046/how_effective_is_male_circumcision_at_preventing_sexually_transmitted_infections_/
ReplyDeleteMuy buenooooo!!!!!!!!!!!!
ReplyDelete