La circuncisión masculina es innecesaria y dañina. Cuando se realiza en niños o recién nacidos, es una violación a los Derechos Humanos fundamentales. ¡SU cuerpo, SU derecho!
En la entrega
anterior describí mi actividad como representante de NOCIRC, organización dedicada
a difundir información para evitar la circuncisión masculina. Se mencionó someramente
que de dicha práctica, considerada por muchos como una mutilación genital;
nunca se ha podido demostrar concluyentemente un beneficio médico y, por el
contrario, múltiples estudios demuestran sus daños a nivel sexual y también
psicológico. Existen varias razones por las que la circuncisión masculina
también es un tema de interés femenino y ya hablé de las razones sexuales.
Continúo con otras.
Tomando otra de corte médico, están las razones de mortalidad. Pese a la enorme negación que rodea
éste hecho, se sabe de bebés y niños que mueren por complicaciones de la
circuncisión. Contrario a lo que algunos médicos afirman, el periodo
neonatal es de hecho el más
peligrosopara cualquier
cirugía. El cuerpo de un recién nacido tiene tan poca sangre que perder un
par de onzas basta para ponerlo en shock hipovolémico, y perder un poco
más puede matarlo. La herida abierta pasará mucho tiempo en un pañal
sucio, con riesgo de infección grave. Para quien desee referencias específicas,
están Ryleigh McWillis (Canadá), Jamaal Coleson (Estados Unidos) y Amitai
Moshe (Inglaterra). Otro bebé judío cuyo nombre no se reveló, murió en
Nueva York en 2005 – no por la operación en sí misma, sino porque fue
contagiado de herpes cuando el mohel
(rabino circuncidador), llevó a cabo la cuestionabilísima práctica del
metzitzah b´peh; costumbre exclusiva
de algunos grupos judíos muy ortodoxos; consiste en que el rabino, después
de la operación, succiona con su boca la herida para limpiar la sangre[1]. ¿Cómo no va a ser un
tema de interés femenino, que una madre pierda a su hijo en el altar de la
tradición?... Es triste darse cuenta de lo protegida que es ésta práctica
entre ciertos grupos, que están dispuestos a cerrar ojos y acallar bocas ante
la pérdida de vidas, con tal de que la tradición sobreviva. Los propios
judíos neoyorkinos dicen (en el artículo citado se ve) que no están
dispuestos a reconsiderar su costumbre. Baste comparar las reacciones que surgen
en Estados Unidos cuando un bebé muere por circuncisión y cuando un niño
muere en algún ritual, por ejemplo, de una religión New Age. En este último caso las autoridades se movilizan,
castigan, prohíben, hablan del derecho a la vida como superior a cualquier
tradición o religión. En cambio, si un niño muere por circuncisión, la
movilización es para proteger “la libertad religiosa”, para asegurarse de
que nadie vaya a quitarme el derecho de mutilar a otro en nombre de mi
ideología. Cómo no va a ser tema de interés femenino el sentimiento que
tendrá para siempre una madre; de culpa, de falla, de angustia, de dolor.
Sí, toda cirugía conlleva riesgos, pero debemos recordar que ésta es una
cirugía innecesaria y algunos
la califican incluso de estética. Por
tanto, aquí una muerte son demasiadas muertes – una totalmente evitable. Una madre
queda sin hijo, pero se le oculta la verdad o se le desprecia su pérdida
para que tanto ella como todas las madres sigan creyendo que “con la
circuncisión no les pasa absolutamente nada”.
Porque esta práctica es comparable
a la mutilación genital femenina. Esta idea suele levantar revuelo por
varias razones. La primera es que la mutilación femenina, en nuestra
cultura occidental, resulta ajena, culturalmente alejada. Y es muy fácil
criticar lo que hacen los musulmanes a sus hijas del otro lado de la
Tierra; pero muy difícil preguntarnos si nosotros les estamos haciendo lo
mismo a nuestros varones. Persiste la idea de que “se trata de dos cosas
muy diferentes”. No tanto. Se dice que la mutilación femenina es cruel
porque “se hace con el único fin de evitar el placer”. Por un lado eso es
falso: también en Oriente Medio se han publicado “respetables estudios”
que muestran que el corte femenino “mejora la higiene y evita enfermedades”.
Por el otro, se mencionó en la entrega anterior que la circuncisión
masculina también comenzó como un medio de limitación de la sexualidad, y
de hecho se propagó en E.U.A. durante la era Victoriana para dificultar la
masturbación. Hay diferentes grados de mutilación femenina y nosotros sólo
oímos hablar del más grave, donde se cortan los labios vaginales completos;
pero éste tipo es también el menos
practicado. La enorme mayoría de musulmanes que practican algún tipo de “circuncisión
femenina”, no hacen más que cortar el capuchón del clítoris, y a veces ni
siquiera completo. La circuncisión masculina, puesta en escala
comparativa, resulta mucho más severa. A fin de cuentas, mutilación es
mutilación y no se puede promover una mientras se habla en contra de la
otra. El cuerpo debe respetarse y protegerse, el detodos. La
lógica de amputar y después averiguar para qué sirve (el remedio en busca
de enfermedad); es una lógica retorcida trátese de varón o mujer. Debería
ser al revés: demuéstrame que éste problema sólo y sólo puede corregirse cortando. Los gritos suenan igual,
el dolor es el mismo. Perpetuar violencia contra los hombres no es una
manera ética de hacer feminismo.
(Próxima parte:
Ética, psicología y razones socio-culturales)
El siguiente artículo lo estoy proponiendo para su (posible) publicación en Revista Mujeres. Será interesantísimo llevar a cabo un análisis más detallado de lo que es la circuncisión masculina desde un ángulo feminista, tomando en cuenta sus matices históricos, sociales y de patriarcado.
- o -
Mutilación
genital masculina:
La perspectiva
femenina de defender los derechos de los varones – Parte 1
Represento
en México a la organización norteamericana NOCIRC, donde tenemos por tema la
ética pediátrica, y nos dedicamos a difundir información médica adecuada para
evitar la práctica de la circuncisión masculina. No vale la pena aquí hundirnos
a profundidad en los detalles médicos; baste decir que se trata de una práctica
absolutamente innecesaria, rodeada de mitos pseudo “médicos” que impiden verla
como lo que realmente es: la amputación, sin indicación médica inmediata, de un
tejido genital sano y que no causa ningún problema de salud por el solo hecho
de existir. Esta amputación resulta tremendamente dolorosa para cualquiera –
bebé, hombre o niño; además de que estudios hechos por diversos investigadores han
demostrado que puede tener efectos negativos en la sexualidad y la satisfacción
sexual, tanto del hombre como de su pareja (como el que llevaron a cabo Kirsten
y Jeffrey O’Hara en su libro “Sex As
Nature Intended It”[1]). Un 70% de los
varones del mundo, viven su vida entera con genitales intactos y no presentan
por ello ningún problema. En la totalidad de Europa la circuncisión es
prácticamente desconocida, exceptuando a judíos y musulmanes; y a nadie se le
ocurre sugerir que un hombre necesita cirugía por motivo de infecciones, o para
tener buena higiene o para prevenir el VPH. Más allá de toda ciencia y de los
estudios que nos puedan respaldar; la piedra angular de la ética médica que promovemos,
es una idea muy sencilla: su cuerpo,
su derecho. Paralelamente: no es mi cuerpo, no es mi derecho. Ser progenitor
de un bebé varón no me da, no debería
darme, per se, el derecho de
“decidir” para mi hijo una amputación, nos guste o no la palabra, de tejido
genital sano. Tejido que tiene funciones bien definidas aunque hasta ahora
permanezcan ignoradas por muchos, comenzando por la propia comunidad médica que
sigue definiendo erróneamente al prepucio humano como tejido sin valor. Nadie
más que el propio dueño de cuerpo, debe poder decidir qué partes del mismo quiere
conservar.
No es
éste el espacio para ahondar, como mencioné, en los detalles médicos, sino en
los sociales, culturales, históricos y de perspectiva feminista. Por razones de
espacio los iré dividiendo en partes. El tipo de activismo que llevo a cabo es
muy peculiar porque me dedico a defender un derecho de los hombres, aparentemente nadando a contracorriente de nuestros
tiempos, cuando el discurso sobre derechos ha girado en torno a las mujeres. Entre
más lee uno acerca de la historia y orígenes de la circuncisión masculina; más
se convence de que éste es, por muchas razones, un tema que toca profundamente a las mujeres de las sociedades donde se
practica, en variadas maneras. A las madres, a las esposas, a las parejas
sexuales, a las doctoras, a las enfermeras. Dentro del conjunto de razones por
las que la circuncisión masculina también es un tema de interés femenino, se
encuentran las siguientes:
Lo que ya se mencionó y que podría resultar más terreno,
las razones sexuales. Además de
los O‘Hara, también Frisch y Lindholm en el Instituto Danés de Salud
Pública[2]
demostraron que tanto los hombres circuncisos como sus parejas reportan
con mucha más frecuencia problemas de insatisfacción sexual. Esto nos
lleva a reflexionar si probablemente la práctica de la circuncisión surgió
precisamente de una idea puritana para limitar el placer sexual. Es
ilustrativo que hasta el propio rabino Moisés Maimónides aceptó abiertamente,
en su libro “Guía Para los Perplejos”,
que efectivamente la circuncisión masculina se hace para disminuir el
placer sexual – publicado hace casi mil años. Aún hay quienes me dicen
que, siendo mujer, “no puedo opinar” acerca del pene que es un órgano que
no tengo y jamás tendré. Pero si mi sexualidad puede verse afectada ¿por
qué no iba a tener yo una opinión al respecto?
En las partes siguientes continuaré analizando las
razones por las que la circuncisión masculina también es un tema femenino,
continuando sobre todo con las razones sociales, culturales y patriarcales que
dan para mucha más amplia discusión.
(Próxima parte:
Razones de mortalidad y comparación con mutilaciones femeninas)
[1]O´Hara, Kirsten y Jeffrey. “Sex As Nature Intended It”.
Turning Point Publications, EUA 2001.
[2]Frisch M, Lindholm M, Grønbæk M.
“Male circumcision and sexual function
in men and women: a survey-based, cross-sectional study in Denmark.”.
International Journal of Epidemology. Oct 2011; 40(5):1367-81.
Hace algunos días, estaba revisando un link sobre las muertes causadas por circuncisión, y una vez más me sorprendieron los escalofriantes e insensibles comentarios que se hacen respecto al tema de bebés que mueren por ésta cirugía médicamente innecesaria.
Una y otra vez, oigo a quienes debaten el tema señalar que las aproximadamente 100-200 muertes anuales que resultan de la amputación del prepucio de recién nacidos en Norteamérica son “un número pequeñito” y nada de qué preocuparse. Aquí hay ejemplos de los comentarios que la gente me ha dejado:
“Incluso si duplicáramos ésa cifra, sigue siendo insignificante”
“Todo el mundo muere”
“Sólo son como 100 individuos”
“Oh, entonces de hecho se trata de algo bastante seguro”
“Pues bueno, más gente se muere en accidentes automovilísticos”
“No puedes salvarlos a todos”
Todos los días mueren bebés. Todos moriremos, de hecho. Ése es simplemente un hecho de la vida. ¿Cuál es el problema inherente a las muertes por circuncisión? ¿Por qué el hecho de que un bebé muera por circuncisión debe preocuparnos y enojarnos?
La operación rutinaria que hoy en día se realiza a los bebés varones en Norteamérica es reconocida como una cirugía médicamente innecesaria. Incluso la Academia Americana de Pediatría (AAP) reconoce que cualquier “potencial beneficio” es insuficiente para recomendar la circuncisión de rutina. Veremos ése link en un minuto.
La circuncisión rutinaria es el acto de tomar a un bebé saludable, vivo, funcional, y someterlo a una cirugía sin necesidad médica:
El bebé no está enfermo. El bebé no tiene ningún defecto congénito. Pero una parte del cuerpo se le corta con ésta cirugía. Y algunos de ésos bebés mueren.
En otras palabras, cada una de ésas 100-200 muertes era 100% evitable. Cada uno de ésos bebés debería estar vivo hoy. Como he bromeado antes:
“Nada en la vida es 100% seguro, pero la circuncisión médicamente innecesaria es 100% evitable”.
Meditando al respecto, puse esto como mi estatus de Facebook:
“Es interesante cómo la gente es tan rápida para descartar a los cientos de bebés que mueren por la circuncisión forzada como “un número insignificante”. Mientras tanto en nuestra sociedad, hasta una pequeña indirecta de muerte es suficiente para retirar juguetes del mercado, 30 muertes bastan para retirar de la venta cada cuna que ha fabricado una compañía, 14 muertes* resultaron en toda una revolución industrial de los portabebés, y 77 muertes* por ahogamiento resultaron en que la AAP pidió que se cambiara la forma de los hot-dogs. ¿Pero la muerte por circuncisión no cuenta?”
Quise contrastar nuestras reacciones sociales hacia las muertes infantiles causadas por otros productos industriales, comparadas con nuestro comportamiento hacia las muertes por circuncisión.
Y sí, la circuncisión es una industria en Norteamérica, con productos y servicios fabricados alrededor de la práctica:
Ahora bien, ésa fue una reflexión valerosa, que muchos padres compartieron en sus propios perfiles, donde quizá sus amigos y familiares nunca habían oído hablar del problema. Les picó la curiosidad. Se interesaron. Se escandalizaron. Y, sobre todo, quisieron asegurarse de que los datos fueran verdaderos. Así que aquí hay una lista introductoria de fuentes y recursos con que respaldo mi afirmación.
Primero, es importante notar que en Estados Unidos no existe ninguna ley que exija a los hospitales y doctores reportar las muertes causadas por circuncisión (Nota de la traducción: y yo me apuesto lo que sea a que en México tampoco existe. Por eso en nuestro país, los datos acerca de niños o bebés que mueren por ésta misma operación – y puedes apostar a que sucede con la misma frecuencia relativa – son todavía más difíciles de encontrar). Pueden decir que fue cualquier otra cosa, pueden obscurecer la información en el certificado de muerte e ignorar del todo la verdadera causa de deceso. Así que los números que tenemos son proporcionados por hospitales y doctores que voluntariamente han compartido la información, o de otros casos muy altamente publicitados, como los artículos de noticieros de alto perfil.
Para darte una idea de cómo éste tema puede ser controversial y llevar a la confusión, checa éste artículo sobre un bebé que murió a la mañana siguiente de tener una hemorragia por su circuncisión. Su muerte fue reportada como fallo del corazón:
En años anteriores, la AAP meramente estimaba los números, y frecuentemente sorteaba la cantidad de 224 muertes anuales. El estudio más reciente concluyó que al menos 117 muertes ocurrían por año:
Esto significa que en el período neonatal (los primeros 28 días de vida y el período en que normalmente ocurre la circuncisión rutinaria), la circuncisión causa más muertes que el Síndrome de Muerte Infantil Súbita y los accidentes de auto:
¿Suena sorprendente?... Cuando piensas en lo que es la circuncisión rutinaria y luego miras la fragilidad de un recién nacido, tiene sentido. Tan sólo el perder una pequeña cantidad de sangre los puede poner en estado crítico; un poquito más y se mueren desangrados:
Los recién nacidos no son más fuertes que los adultos ni pueden aguantar ésta cirugía mejor que los adultos. Para la información específicamente relacionada con los riesgos que enfrentan los recién nacidos con ésta cirugía, por favor vean mi artículo al respecto aquí:
Incluso cuando el bebé ya ha sobrevivido a la cirugía, muchas veces pasamos por alto las complicaciones que pueden experimentar después. Éste urólogo pediatra que se especializa en atender bebés dañados por la circuncisión habla al respecto:
“En mi experiencia, como urólogo pediatra, manejo las complicaciones de la circuncisión neonatal. Por ejemplo, en un período de dos años, me refirieron a más de 275 recién nacidos y bebés con complicaciones de la circuncisión rutinaria. Ninguna de éstas fueron “revisiones” por mera estética, las cuales no hago. El 45% de ellas requirieron cirugía correctiva (tanto menor como mayor, especialmente por causa de daño amputativo)”.
Entonces, sabemos que al menos 117 niños mueren anualmente, y cientos más presentan daños, por una práctica que no tiene beneficios médicos probados de acuerdo a la AAP y que es realizada en bebés sanos sin indicación médica.
¿Ya ves cuál es la preocupación?
¿Cómo es que retiramos del mercado TODAS las cunas de puerta lateral en Norteamérica porque hubo treinta muertes en los últimos DIEZ años, pero no retiramos la circuncisión, que mata por lo menos 117 bebés CADA AÑO?
“El gobierno ilegalizó las cunas de puerta lateral el pasado miércoles, tras las muertes de más de 30 bebés y niños en la última década y millones de retiros del mercado”
¿Por qué retiramos del mercado CADA rebozo portabebé infantino por culpa de 14 muertes en los últimos VEINTE años, pero no retiramos del mercado a la circuncisión, que mata 117 bebés, más que el SIDS (Síndrome de Muerte Infantil Súbita) y los accidentes de auto en la misma etapa?
¿Por qué la AAP está diciendo a los fabricantes de salchichas que rediseñen la salchicha para hotdog, y ponga etiquetas de advertencia, y que exija reportes y retire del mercado los productos debido a 77 muertes anuales si examinamos los datos de niños hasta 14 años?… pero lo único que la AAP puede decir acerca de la circuncisión, que mata anualmente 117 bebés, es:
“La evidencia científica existente demuestra beneficios médicos potenciales de la circuncisión masculina neonatal; sin embargo, éstos datos no son suficientes para recomendar la circuncisión neonatal de rutina”.
“Se requiere un sistema obligatorio; para etiquetar los alimentos con advertencias adecuadas acorde al riesgo por ahogamiento, para conducir vigilancia detallada e investigar los incidentes de ahogamiento relacionados con los alimentos, y para advertir al público sobre los riesgos emergentes de atragantamiento por alimentos”.
“La evidencia científica existente demuestra beneficios médicos potenciales de la circuncisión masculina neonatal; sin embargo, éstos datos no son suficientes para recomendar la circuncisión neonatal de rutina”.
Si el gobierno, la AAP y los hospitales/doctores no se están preocupando, entonces es tiempo de que nosotros, los padres, nos preocupemos. Las muertes terminan con nosotros.
Amanda cuestionó la circuncisión después de que su hijo fuera circuncidado. Ella dice:
“En ése entonces, hice lo que creí que todo mundo hacía. Ahora que sé mejores cosas, hago mejores cosas. Te amo, hijo, y ésta terrible experiencia en nuestro pasado me ayudó a luchar para volverme la mejor madre que puedo ser el día de hoy. ¿Circuncisión?... Nunca más”.
*el estudio original afirmaba que hubo 17 muertes por portabebés y 117 por los hot-dogs, pero el artículo del CPSC afirma que fueron 14 muertes y la AAP afirma que fueron 77. He editado la afirmación para que vaya en línea con los datos.
Desde que tengo memoria, me han gustado las puestas de sol y las pinturas impresionistas al óleo. La sutil interacción del color y la luz siempre me ha parecido bella, incluso sublime. No puedo imaginar nada más hermoso.
Tanto así, que me sentí estupefacto cuando me enteré, a la edad de 18 años, que era daltónico. “No puede ser”, le insistí al oculista. Él me explicó con total naturalidad, que había fallado completamente la prueba Ishihara, de reconocimiento de colores. De una serie de 38 círculos con puntos de colores, sólo pude ver los números alojados en cuatro de ellos. No cabía duda. Era daltónico.
Mi negación fue total. No le creí. “Puedo ver colores”, insistí. “Mis jeans son azules. Mi camisa es azul claro. Sus pantalones son grises”. Me explicó sin matices que sí, que yo podía ver algunos colores. Pero lo que yo veía no era ni de lejos tan vívido o completo como lo que veían las personas con “visión normal de los colores”. Mi visión de los colores estaba radicalmente apagada.
Aún así no le creí. Les enseñé la prueba a mis hermanas. Ambas pasaron, fácilmente.
Me llevó cierto tiempo procesar éste descubrimiento y aceptar que yo era uno de ése20% de hombres que son daltónicos por causa de un defecto genético. No era culpa de nadie. Nada de qué avergonzarse. Sólo mala suerte.
Pero éste descubrimiento, y mi experiencia venciendo a la negación, me permitieron finalmente confrontar algo más. Pude confrontar otra área en donde mi percepción del mundo está significativamente disminuida. Ésta área está disminuida de una manera que nunca imaginé posible. Es otro lugar en donde mi percepción del mundo no es, ni de cerca, tan vívida o completa como la de la “gente normal”.
Me refiero al área de mi percepción sexual – mi apreciación física del contacto sexual normal. Mi percepción sexual también está disminuida. Pero ésta vez no se trata de algún inocente, desafortunado defecto genético. Esto me lo hizo alguien más. Mi percepción sexual me fue robada.
Fue robada intencionalmente. Robada por doctores. Sin mi conocimiento o consentimiento. Fue robada cuando yo era un bebé indefenso. Y, quizá lo más sorprendente, fue robada con la aprobación de mis padres.
Ésta vez la negación fue más difícil de superar. Ésta vez la negación no solamente me protegía en mi auto-imagen de hombre “normal”. Ésta vez, la negación me protegía de enterarme que las personas en quienes más he confiado, a quienes más he amado – me habían traicionado. La negación me impidió enterarme y sentir el doloroso descubrimiento de que había sido lastimado, para siempre, en la parte más íntima y privada de mi vida. Fui sexualmente mutilado, de manera permanente. Intencionalmente. Por las personas que afirmaban amarme más – mis padres.
Éste ha sido un camino de auto-descubrimiento muy difícil de seguir.
Pero, al confrontar todos los sentimientos que me aguardaban detrás de mi cortina de negación, encontré más que simple enojo y depresión. Los había, ciertamente, y en gran cantidad. Pero también encontré entendimiento y crecimiento personal y algo de esperanza.
Ahora entiendo por qué a veces tengo dificultad para mantener una erección o llegar al orgasmo. No se trata de una falla vergonzosa en mi masculinidad. No es evidencia de mi desinterés físico y emocional en mi compañera sexual. No es una prueba de mi flaqueza como hombre. He aprendido que esto es una prueba del éxito de la operación. La disfunción eréctil y el placer sexual disminuido, SON los resultados deseados de una circuncisión. ¡Mi operación fue un éxito!
Mucha gente cree que el sexo es malo. Creen que la masturbación y el sexo recreativo son inmorales. A veces estas creencias tienen una motivación religiosa, a veces no. El corte genital es la intervención quirúrgica que ataca directamente a la “maldad” de la sexualidad humana. Hace poco, los textos médicos eran muy específicos acerca de la efectividad de la circuncisión masculina y femenina para prevenir la masturbación. Eso es lo que el corte genital pretende lograr – disminuir la sexualidad humana, reduciendo dramáticamente el placer sexual. Ahora lo entiendo. También entiendo que ésta intención nunca se la explicaron a mis padres.
Ahora entiendo que mis sensaciones sexuales disminuidas no son el resultado de una circuncisión malograda, estropeada o demasiado agresiva. Están disminuidas porque mi circuncisión salió justo como debía de salir. Mi órgano sexual no es normal, no está intacto. Las partes más sensibles de mi pene ya no existen. Me quitaron los “labios” del prepucio. Me amputaron la banda fibrosa que cubre la cresta del glande. Me quitaron el frenillo. Mi prepucio exterior me lo quitaron. Y finalmente, mi glande y mi prepucio interno están des-sensibilizados, a raíz del contacto constante con la ropa y el mundo exterior. También entiendo que éstas partes exquisitamente sensibles de mi anatomía, y sus funciones, nunca se las explicaron a mis padres.
En efecto, los “ojos y oídos” de mi sistema de percepción sexual ya no están. Todavía puedo tener sexo y puedo concebir un niño, pero gran parte de la diversión y mucha de la frecuencia se han ido. Sé acerca de la frecuencia reducida por mis esfuerzos fallidos – y el miedo a tener más fallas. La pérdida de placer, la diversión, es algo que sólo puedo tratar de comprender leyendo.
Pero sé acerca de la insensibilidad y la pérdida. Los recuerdos de mi pérdida de erecciones con mujeres a las que amaba, con mujeres que me atraían profundamente, tanto física como emocionalmente, son aún muy agudos. Así recuerdo también cómo me sentí inadecuado, y cómo ellas sintieron que no eran lo suficientemente atractivas o deseables. Y esas relaciones poco a poco perdieron el rumbo y terminaron. Ahora entiendo por qué. Y entiendo que los resultados predecibles de mi circuncisión nunca se los explicaron a mis padres.
Sé acerca de la insensibilidad y las enfermedades. Me enseñaron sobre el sexo seguro, y entiendo lo importante que es. Pero también sé que, las veces que he tratado de usar condones, me vuelvo totalmente insensible, no siento absolutamente nada. Para mí, los condones equivalen a abstinencia. Con un condón puesto, rara vez puedo mantener una erección y nunca puedo alcanzar el orgasmo. Ahora entiendo por qué. Pero cuando tenía que elegir entre las opciones del sexo inseguro o no tener sexo, elegía el sexo inseguro. Y pagué el precio. La circuncisión no es lo único que dura para siempre. Algunas enfermedades también duran para siempre. También los recuerdos de angustia por el miedo a un embarazo no deseado. Cargaré con ellos el resto de mi vida. Ahora entiendo por qué. Entiendo que mis padres nunca supieron que la circuncisión me pondría en una situación donde tendría que tomar ésos riesgos para poder tener intimidad con alguien a quien amaba.
He pasado por un gran crecimiento personal a raíz de éste proceso de lidiar con mi circuncisión. He investigado acerca de mi cuerpo – cómo son las partes con las que nací y sus funciones. He investigado cómo la comunidad médica ha engañado a generaciones enteras de padres acerca de la práctica de la circuncisión. He investigado sobre lo difícil que es sobreponerse a la negación y romper el círculo de abuso ritual que existe dentro de las familias. Y he investigado sobre las tendencias cambiantes en las decisiones que las familias están tomando para sus hijos – y esto me da esperanzas.
“Esperanza” no es una palabra que me viene fácilmente a la cabeza y al corazón cuando hablo del corte genital. Sobreviví a una experiencia de abuso sexual que no recuerdo… pero que nunca olvidaré. Nunca sabré cómo se supone que debe sentirse el sexo para un hombre. Nunca podré mirarme al espejo y ver a un hombre completo. Pero, he aprendido que puedo perdonar a mis padres por permitir que un extraño me lastimara de esta manera. He aprendido que aún los amo, a pesar de mi dolor y enojo. Y éso me da esperanzas. Tengo esperanzas porque sé que puedo amar y perdonar. Puedo amar y perdonar porque mis padres fueron engañados y no sabían nada mejor. No tenían un acceso fácil a la información por medio de Internet. No oyeron voces de activistas por los niños, hablando en mi nombre. No contaban con el respaldo de un amplio grupo de padres que estaban cuestionando y rechazando la horrible violación rutinaria que es la mutilación genital infantil.
No es que mis padres no quisieran enterarse, o que no quisieran protegerme. Fueron engañados. Y yo los perdono.
Tengo esperanzas porque puedo canalizar mis sentimientos negativos de traición, enojo, dolor y depresión en algo positivo. Puedo abogar por los recién nacidos de hoy, que serán una generación de hombres mañana. Puedo ayudar un poco a educar a los padres de hoy, y ser la voz que quisiera que hubieran oído mis padres. Puedo ayudar a romper el ciclo de violencia contra los bebés varones, de la misma forma en que lo han roto para las niñas.
La esperanza no me devolverá lo que me quitaron hace tanto tiempo. Pero si acaso puede ayudar a que algunos cuantos padres elijan valerosamente enfrentar a sus doctores y a sus familias en defensa de sus hijos, habrá valido la pena enfrentar todo el dolor que encontré escondido tras mi cortina de negación.
Un millón de bebés varones están llorando, pidiendo que alguien los ayude. No puedo quedarme callado. No puedo coludirme a través de la inacción. Debo tratar de hacer mi parte para ayudarlos de la manera que pueda. Por favor ayúdenme en éste esfuerzo. Nuestra generación puede proteger a la siguiente.
Kirk.
Aquéllos interesados en aprender acerca de las complicaciones sexuales causadas por la circuncisión de rutina pueden encontrar útiles estas fuentes:
Traducción de éste importante artículo de nuestro compañero Travis Wisdom, que estudia a detalle las funciones del prepucio. Yo misma al traducirlo aprendí cosas nuevas. ¡Hay tanta ignorancia mutiladora allá afuera! :(
Estudiando los beneficios del pene intacto.10/27/2010
Por: Travis Wisdom
Traducción: Clara Franco
Nota del Autor: Publicado originalmente para la Asociación de Profesionales del Nacimiento y Posparto (CAPPA por sus siglas en inglés), en la edición de octubre de 2010 de “Cappa Quarterly”.
Introducción
Hay un número creciente de padres americanos que están diciendo “no” a la circuncisión de rutina. Ésta elección positiva le da a los niños mayores beneficios de salud y vida. Mientras las tasas de circuncisión continúan declinando en los Estados Unidos, aquéllos que eligen una crianza “amigable con el prepucio” se encuentran en contraste con la mayoría circuncidadora, la cultura circuncidadora. Esto puede crear incertidumbre acerca de las decisiones relacionadas con la circuncisión. A raíz de los mitos culturales relacionados con la circuncisión, incluso los doctores pueden estar dando información inexacta e inadecuada acerca de la importancia del prepucio, sus beneficios para la salud y sus roles para la función sexual óptima, así como la adecuada higiene y el cuidado de niños y hombres intactos.
Éste ensayo estudia varios beneficios y funciones protectoras, mecánicas, sensoriales y sexuales del prepucio, las cuales se pierden cuando éste es quirúrgicamente amputado. Discuto la higiene genital y el cuidado del pene intacto, con la esperanza de ayudar a terminar con la confusión y la ignorancia acerca de la higiene. Anticipadamente, el tener un entendimiento acerca de los beneficios y funciones del prepucio humano es útil tanto para los padres como los doctores, para así poder apreciar y respetar los genitales intactos.
Ventajas del Prepucio
El prepucio humano es un órgano especializado que cumple funciones protectoras, mecánicas, sensoriales y sexuales, todas las cuales son necesarias para la salud sexual integral [1]. Todoslos varones sanos y funcionales nacen con las siguientes capacidades prepuciales, y deben poder disfrutar de sus beneficios y funciones durante la edad adulta.
Protectoras
El prepucio juega un rol crucial en la sexualidad humana, la cual se disfuncionaliza si éste es amputado mediante la circuncisión. Es necesario que el glande esté cubierto cuando se encuentra flácido, para mantenerlo protegido de patógenos, así como mantener el placer y la sensibilidad. El prepucio cubre al glande, ya sea total o parcialmente, en el hombre adulto, protegiéndolo de la sequedad y abrasión [2]. Estando protegido de estímulos externos, el prepucio mantiene al área subprepucial húmeda con secreciones prostáticas, vesiculares y uretrales [2]. La humedad subprepucial contiene lisozima, que destruye patógenos [1]. Es importante que el glande se mantenga en éste estado de humedad porque está cubierto de mucosa, no de piel. Adicionalmente, el prepucio lo protege del proceso de keratinización. De otra manera, éste proceso causaría que el glande se hiciera más grueso, conforme las células de la piel se acumulan en capas, lo cual destruye la sensibilidad [2]. En otras palabras, cuando el prepucio ya no está presente; los genitales masculinos pierden su habilidad de proteger la membrana mucosa del glande, y de evitar que el glande se vuelva “correoso” e insensible, lo cual es un efecto del cuerpo tratando de reponer la protección perdida.
En bebés varones, el prepucio protege al meato urinario del amoniaco de los pañales, y previene la meatitis, la ulceración meatal y la estenosis meatal. El meato urinario es la abertura de la uretra en el extremo del pene, y debe estar protegido de éstas condiciones, que incluyen inflamación, úlceras, y el estrechamiento de la abertura uretral. Todos estos síntomas pueden prevenirse, y sólo se encuentran en bebés circuncidados [5]. La E. coli,que seencuentra en las heces, es el patógeno más importante en las infecciones del tracto urinario. Las fibras musculosas del prepucio actúan como un esfínter, ayudando a prevenir las infecciones del tracto urinario en infantes, ya que bloquean el contacto entre el meato y las heces. Adicionalmente, el prepucio también ayuda a reducir la incidencia de uretritis no específica, y la presencia de Staphylococcus aureus en la uretra [1]. Concretamente, el prepucio impide que el niño se siente en su propia orina y heces dentro de un pañal, y el esfínter previene el contacto de éstas sustancias con la membrana mucosa del glande.
Mecánicos
Una función mecánica importante del prepucio es su capacidad para facilitar la penetración [2]. Al retraerse el prepucio, el pene se introduce en la pareja reduciendo la fricción, sequedad y abrasión, permitiendo que la relación sexual sea más cómoda [1].
Asimismo, la presencia del prepucio permite una penetración menos forzada. Después de la penetración, el prepucio provee una acción de “deslizamiento” única, que reduce la fricción y la sequedad [1].
Sensoriales y sexuales.
El prepucio es una zona erógena específica, se trata de la parte del pene más rica en terminaciones nerviosas, localizadas cerca de la “franja” de la cresta del glande. Ésta franja se origina en el frenillo, y rodea la abertura del prepucio [2]. El tejido que tiene las terminaciones nerviosas más sensibles al tacto y a la temperatura se localiza en el prepucio [1].
El prepucio tiene una capa de tejido muscular suave, el músculo peripeneal, que comprende una porción del músculo dartos [2]. Las terminaciones nerviosas presentes en el prepucio son estimuladas con movimiento y estiramiento [1]. A través de las contracciones de las fibras musculosas únicas de éste tejido, el prepucio obtiene una gran elasticidad, que es crucial para la sensibilidad erógena. El tejido musculoso debe estirarse para poder deslizarse sobre el glande durante la erección, para después volver a su cobertura en la flacidez. El estiramiento produce una sensación placentera. Las terminaciones nerviosas producen sensaciones erógenas y placenteras, que viajan al sistema nervioso central, alimentando al sistema nervioso autónomo. Éste proceso juega un rol vital en el control de la erección y la eyaculación [2].
Las terminales nerviosas del glande se concentran en la corona. De la misma forma, se introducen en la corona durante la relación sexual. [2]. El prepucio protege a la corona de la estimulación directa, y dado que es la parte más sensible del pene, ayuda a prevenir la eyaculación precoz [1].
En breve, la estimulación ocurre a través del estiramiento de la piel y su movimiento sobre el glande. La gran elasticidad del prepucio es vital para el placer erógeno. La relación entre las terminales nerviosas y el sistema nervioso autónomo es importante para controlar la erección y la eyaculación, para una sexualidad funcional. Las terminales nerviosas de la corona están entre las más sensibles y el prepucio las protege de la estimulación directa. Sin el prepucio, se afecta negativamente el tiempo de latencia.
Higiene Genital
El prepucio es una de las partes más fáciles de cuidar de la anatomía humana, y la regla más importante para la higiene de un bebé es: sólo limpiar lo que se ve [3]. La higiene infantil adecuada, tanto para niños como niñas, es así de simple. De hecho, la enfermera Marilyn Milos describe la limpieza de un pene intacto como muy similar a limpiar un dedo [4]. Sólo se debe limpiar los genitales externos, lo que está expuesto, usando agua tibia. No se requiere jabón. La limpieza interior o intrusiva no se requiere jamás. El prepucio del niño se retractará de manera natural en algún punto de su maduración, a su propio tiempo único, generalmente alrededor de la pubertad. Es imperativo notar que la retracción forzada del prepucio debe evitarse siempre, pues causa traumatismo, dolor, y destrucción del tejido en desarrollo y su flora natural [4]. Por supuesto que el pene al nacer está inmaduro, y el prepucio se conecta con el glande por medio de una membrana especial que asegura la higiene y la protección de las estructuras del pene [3]. Adicionalmente, ésta membrana también protege las zonas ricas en terminaciones nerviosas y erógenas de estímulos externos, así como bacterias de las heces, amoniaco de la orina y patógenos invasores [3].
Tanto John V. Geisheker como John W. Travis en su artículo “Sólo Limpiar Lo Que Se Ve: Revirtiendo la Epidemia de Retracciones Forzadas del Prepucio”, están de acuerdo en que, aunque el prepucio difiere en su estructura, se puede conceptualizar como un “himen masculino”, protector del órgano sexual interno durante los años en que el niño no lo necesita para propósitos sexuales. A su debido tiempo, la membrana desaparecerá conforme el niño madura [3].
Una vez que el niño ha descubierto que su prepucio se puede retraer (de manera natural), puede fácilmente cuidar y limpiar su cuerpo con tres pasos sencillos: retraer, enjuagar, y cubrir de nuevo [4]. Primero, retrae su prepucio. Usando sólo agua tibia, sin aplicar jabón u otras sustancias irritantes en la mucosa del glande o la estructura interna del prepucio, enjuagar. Luego, soltar el prepucio y permitir que naturalmente se deslice a su posición original sobre el glande [4].
Conclusión
El tener un entendimiento adecuado y una apreciación de las ventajas del prepucio masculino, le da a los padres la oportunidad de dirigir sus propias experiencias de nacimiento y primeros cuidados de su bebé. Es importante que los doctores reciban información actualizada, relevante, y exacta acerca de cuán importante es el rol del prepucio en la protección contra las enfermedades y patógenos invasores [1]; así como para proveer a los órganos sexuales funcionales de la movilidad necesaria para la relación sexual, así como para disfrutar el potencial completo de la intimidad sexual [1]. También, el cuidado de éste órgano único es extraordinariamente simple. El prepucio puede limpiarse y cuidarse con sólo agua tibia, sin usar sustancias artificiales como jabones, y sin necesidad de limpieza interna invasiva [3]. La primera persona que retraiga el prepucio de un niño debe ser el propio niño. Todos los demás deben dejarlo en paz y dejar que la naturaleza funcione a su propio modo. La membrana bajo el prepucio es la primera línea de defensa del niño contra infecciones, y la retracción forzada del prepucio interrumpe éste orden protector, causando traumatismo, irritación, desgarro y dolor evitable [4].
La lucha por una mejor educación y conocimiento de los órganos sexuales masculinos, ayuda a deshacer mitos sobre el cuerpo humano y la sexualidad masculina. Éstos recursos disponibles permiten una decisión informada acerca de la crianza “amistosa con el prepucio”, basada en la conciencia y la educación, contrario a las creencias erróneas e ignorantes que pueden promover el daño al cuerpo masculino, o bien causar una sensación de culpabilidad por proteger a los niños de los daños de la circuncisión rutinaria.
Referencias:
[1] Hill, G. (2007). The Case against circumcision. Journal of Men's Health and Gender, 4(3), 318-323
[2] Foreskin Sexual Function/Circumcision Sexual Dysfunction. Circumcision information resource pages. Retrieved (2009, September 07) from http://www.cirp.org/library/sex_function/
[3] Geisheker, JV, & Travis, JW. (2008, May 30). Only clean What is seen - reversing the epidemic of forcible foreskin retractions. Kindred Community, 28-33.
[4] Milos, MF. (2010). Letters to the Editor: Re: Provencio-Vasquez, E. & Rodriguez, A. (2009). Collaborative practice: Circumcision revisited. Journal for Specialists in Pediatric Nursing, 14(4), 295-297. . (2010). Wiley periodicals, Inc.
[5] Denniston, GC, & Reiss, MD. (2004). The Medical Director’s Guide to Male Circumcision. Doctors opposing circumcision. Retrieved (2010, January 4) from http://www.doctorsopposingcircumcision.org
Me llegó por e-mail éste interesante artículo. Y el comentario que viene aquí al inicio, es cortesía de Gabriela O. M.
"Comparto completamente lo que dice este artículo, pues de hecho es la misma conclusion a la que yo ya había llegado hace mucho tiempo: Que hay una profunda patología e inclusive una perversión sexual en los doctores que circuncidan a los bebés sin sentir nada ante los alaridos que da el pequeño indefenso, pues solo asi me puedo explicar el hecho de que no sientan nada, e inclusive hagan bromas cuando los bebes se desgañitan a veces hasta vomitar, al sentir el terrible dolor de la tortura a la que están siendo sometidos.
Pienso que dicho bloqueo proviene de haber pasado por la misma experiencia cuando ellos mismos eran bebés indefensos y que ese dolor que yace enterrado en las profundidades de su psique, no solo produce que se bloqueen ante el dolor de los bebés que como él mismo médico en su momento, están siendo sometidos a esa tortura, sino que en casos extremos, el mutilar a otros bebés tan indefensos como ellos mismos lo estuvieran a tan tierna edad, se convierte en una compulsión destinada a impedir que el dolor salga a la superficie y más que nada, como una forma extrema de venganza y de darle salida a la ira interna y oculta que ellos mismos sienten.... pero que son incapaces de expresar de una manera consciente, pues para poder hacerlo necesitarían enfrentar la realidad de su propio dolor.
Los pretextos que la ciencia médica esgrime actualmente tienen el mismo objetivo de mantener ese dolor enterrado en las profundidades de la psique con las justificaciones más absurdas. A los estudiantes de medicina no se les enseña jamás el verdadero valor a nivel puramente científico y anatómico del prepucio, pues el hecho de saber que el prepucio contiene más de 20,000 terminaciones nerviosas que lo convierten en la parte más sensible de toda la anatomía masculina, que se pierden irremediablemente para siempre al mutilarlo, no necesitaría de más de dos dedos de lógica elemental para entender que la mutilación del mismo implica la pérdida de un 70%-80% de la sensibilidad sexual del hombre... y eso debería de ser más que suficiente como argumento para convencer a cualquier médico... a cualquier hombre de hecho, de que la circuncisión es no solo una falta de ética profesional y una violación al sagrado juramento hipocrático de no hacer daño, sino un acto de locura... pues a qué hombre le gustaría perder su sensibilidad o saber que ya la ha perdido en gran medida y que su vida sexual tendrá un lapso de vida mil veces más corto que el de un hombre que jamás fue mutilado?
Yo creo que este dolor es lo que yace bajo el estado de negación que sienten tantos padres cuando se menciona este tema y que prefieren pasarle la estafeta del dolor oculto a sus propios hijos varones, antes que enfrentar la dolorosa realidad que les fúera impuesta a ellos mismos a tan solo unas horas de haber nacido".
Circumcision: What Your Baby Can't Tell You
"The Darker Regions of the Human Mind"
Some Statements About Circumcisers
From "The Unkindest Cut of All," by John M. Foley, MD Fact, July 1966, Ralph Ginzburg, Publisher [Quoted with permission]
[W]hy anyone would want circumcision made compulsory may seem puzzling.
One answer, of course, is that if circumcision were made compulsory, the circumciser would be protected whenever he happens to cripple or kill the little boy he operates on--a "complication" that is not so very uncommon. Another answer, I think, must be sought in the darker regions of the human mind, because circumcision is simply an unmitigated fraud. It is nothing but wanton and unnecessary mutilation. The annual 2 million assembly-line circumcisions in this country are a monument to the gullibility and stupidity of the American public.
For 60 years, a powerful and articulate minority in our profession has tried to enforce a taboo against any objective discussion of the merits or demerits of circumcision ... To question its value has become all but unthinkable. The medical literature is virtually closed except to those who drool over the operation's alleged advantages.
William Keith C. Morgan, M.D., ... has written in the Journal of the American Medical Associa-tion[:] ... "Why is the operation of circumcision practiced? One might as well attempt to explain the rites of voodoo!" ... Peter Van Zante, M.D., ... writes in the Medical Tribune: "Circumcision of a helpless child is a crime." Elsewhere he has said: "Circumcision is cruel and mutilating and actually should be outlawed." In 1920, a British physician named G. S. Thompson, who had once circumcised himself, later concluded that circumcision was nothing more nor less than "a barbarous and unnecessary mutilation" (British Medical Journal, 1920).
Efforts to justify circumcision have been made since the very beginnings of history. The desire to mutilate came first; the "reasons" came later.
This process of rationalization has culminated in the supposed relationship between the husband's foreskin and cancer of the genitals--one of the greatest hoaxes in the history of medicine.
Circumcision provides a convenient and socially acceptable outlet for the perverted component of the circumciser's libido. I have had personal experience with the psychopathology that underlies the wish to circumcise. The pitiful wails of the suffering infant are all too often the background for lewd and obscene commentary by the obstetrician to his audience of nurses. Several years ago I saw an infant born with multiple deformities. He could not live more than a few months at most, but to add to his miseries, this unfortunate bit of humanity had to undergo a thorough circumcision.
I have seen two medical students fight over the privilege of doing circumcisions on the newborn, although these same students showed neither interest nor aptitude for opening boils or doing other surgical tasks.
In 1951, I witnessed an autopsy on an infant who had died from an infected circumcision--a death rendered even more tragic because the mother had tried to persuade the obstetrician to spare her infant the ordeal.
Dr. Alexander Schaffer, a noted pediatrician, tells with horror of a case in which an infant was being delivered as a frank breech (buttocks first). Before delivering the baby, and just as the penis came into view, the obstetrician seized it and circumcised it. That obstetrician, I would say, may be capable ... But sexually I say he is a monster. And I say that one of the reasons why circumcision is so common in this country stems from the sadism of the crypto-pervert.
[P]sychiatrists have long been agreed that circumcision is basically a punitive act.
[T]hey [those who want all males circumcised] suffer from "foreskin envy." Cut off a man's tonsils and it does not affect his feelings about his neighbor's tonsils, but cut off his foreskin and his neighbor's foreskin becomes an object of envy and hatred. The circumcised have always behaved as if their circumcision were a stigma of inferiority. Jew, Moor, and Turk forced circumcision on servants, slaves, and whole nations of conquered people.
Because the motivations of the foreskin- phobes are so irrational, these people are hard to combat. The introduction of routine circumcision as a "medical" measure at the turn of the century aroused vigorous opposition within the profession. Dr. Warren Stone Bickham, an eminent surgeon, declared that circumcision was a disgrace and a discredit to the surgeon responsible. Nevertheless by 1920 the opposition had dwindled, and the fanatical circumcisers were in possession of the field. The opponents of circumcision failed because they did not understand the motives of the circumcisers and therefore could not grapple with them.
Only the circumcised refer to the foreskin as a "useless appendage."
[Has anyone done a study on circumcisers? What kind of person trains himself (or herself) and maneuvers himself (or herself) into a position where he (or she) can get paid to cut healthy erotogenic tissue -- living flesh -- from the genitals of unwilling, unconsenting children and babies -- or, for that matter, from willing, consenting adults?]
Intactivista. Lucho contra la mutilación genital en general y la masculina e infantil en particular, en México y el mundo.
¡Escríbanme!... Ideas, sugerencias, peticiones de información, documentación: mexico.intacto@gmail.com.
También enviamos por correo postal, ABSOLUTAMENTE GRATIS, un paquete de información para futuros padres, que incluye: dos documentos impresos, dos o más folletos impresos y un CD con tres documentales en video. ¡Pidan y se les enviará!... O puedes pedirlo, (en forma anónima si quieres), para que se lo enviemos a alguien más. Pídelo en mexico.intacto@gmail.com