Sunday, October 24, 2010

La Lógica Más Torcida del Mundo.


Imaginemos por un momento ésta serie de situaciones en el consultorio del doctor:

Situación 1:

-Tú: Doctor, las uñas de mi bebé ahora que gatea se ponen TAN sucias y llenas de tierra. Además, me cuesta trabajo cortárselas, es una molestia y me tardo un montón. Por la mugre que acumula en sus uñas y que luego se mete a la nariz, a cada rato se enferma y le dan infecciones. ¿Qué puedo hacer?

-Doctor: Señora, la mejor solución es que programemos, desde ahorita, una cita para cortarle a su bebé las puntas de los dedos. ¡Será una solución para siempre!

-Tú: ¡¡¿¿Quéeee??!! ¿Cómo puede pensar que le voy a cortar los dedos?

-Doctor: ¡Pero si es muy normal señora!... Últimamente muchas mamás lo hacen. ¡No les pasa nada!... Sólo se les corta la puntitita del dedo y ya, sólo un poquitito. Sólo la parte de donde sale la uña. Sus manos funcionan igual, y usted se olvidará para siempre de cortarle las uñas, limpiarle las uñas, ¡o incluso tener que enseñarle cómo hacerlo cuando crezca!

-Tú: ¿¿Pero no les duele??

-Doctor: No, para nada. Los bebés de ésta edad todavía no pueden sentir dolor, y aunque lo sintiera, ¡¡pues no se va a acordar de todos modos!!


Situación 2:

-Doctor: ¡Es niña!... Señora, quiero informarle que su seguro médico cubrirá el gasto en caso de que le quieran hacer a su hija una mastectomía radical. Entre más pronto, mejor.

-: ¿¿Una qué??

-Doctor: Bueno, extirparle por completo las glándulas mamarias. Señora, el cáncer mamario en México ya es la segunda causa de muerte en mujeres mayores de 25 años, ¡y cada vez es más común!... Si opera a su hija se olvida para siempre de ése riesgo. ¡¡Le puede salvar la vida!!... Mejor de una vez, ahorita es bebé y no se va a acordar, y salimos de eso para siempre: ¡jamás cáncer para ella!... Ahora está de moda hacerlo desde que son bebés. Piense que si no la opera ahorita, hay una posibilidad de 1 en cada 10, de que ella sufra cáncer y de todos modos tenga que operarse más adelante. Sus glándulas mamarias en verdad no hacen más que ponerla en riesgo de morir.

Situación 3:

-Doctor: ¡Es niño!... Señora, ¿entonces sí le vamos a hacer la apendicectomía de una vez, verdad?

-Tú: ¿Me lo recomienda, doctor?

-Doctor: Absolutamente. Mire usted, más o menos cuatro de cada cincuenta niños tendrán apendicitis en algún momento de su vida. Y entonces sí es un problema, porque si no se les opera de inmediato, se pueden morir de peritonitis o de shock séptico. Ahora muchos papás eligen operarlos desde que nacen, ¡y así se quitan para siempre de problemas!... Se lo quitamos de una vez, y nos evitamos un susto cuando sea más grande.

-: ¿Pero y sí usan anestesia?

-Doctor: ¡No, eso es peligroso en recién nacidos!... No usamos anestesia porque entonces sería una operación de riesgo. Además, ¿para qué?... Está re chiquito todavía y ni le duele, ¡ni se va a acordar cuando crezca!

Situación 4:

-Doctor: Señora, ya van tres veces en dos años que a su niña le dan infecciones urinarias por mala higiene. De verdad, tenemos que operarla. Éstas infecciones son mucho más comunes en las niñas que en los niños. Ya verá qué rápido, es sólo una cortadita a los labios vaginales, que es donde se acumula suciedad, ¡y listo!

Situación 5:

-Tú: Doctor, ¿cómo le podré hacer para que mi hijo ya no se fracture el pie por tercera ocasión?

-Doctor: Pues claramente, ¡amputarle los pies sería la solución más efectiva! :D

Situación 6:

-Doctor: Bueno, como de todas maneras ya vamos a operar a su hijo por su accidente, ¿qué le parece si de una vez le hacemos una rinoplastia estética? ¡Con una nariz estética él tendrá mucha más suerte con las chicas!...



Si cualquiera de las situaciones anteriores, por ridícula y absurda que parezca, se nos antoja imposible, estamos siendo totalmente hipócritas. Porque, sorpresa, ésta misma lógica, ésta lógica retorcida y malconcebida, es la misma que todo el tiempo le aplicamos a una sola parte del cuerpo, de uno solo de los géneros: los genitales masculinos.

Es una lógica, completamente desviada, que únicamente le aplicamos a un bebé varón cuando nos tomamos la libertad de decidir amputar una parte de su pene… de manera “preventiva”.

Claro, hay sociedades más igualitarias en donde le aplican la misma lógica a ambos sexos: son sociedades donde se practica comúnmente tanto la mutilación genital femenina como la masculina. Ejemplos: Indonesia, Malasia, Somalia, Mali, Egipto, partes de Kenia.

También hay sociedades en donde, desde luego, no es común ni una ni la otra… pero lo detestable es la doble moral médica que existe en sociedades donde se respeta el cuerpo de todo mundo, y la amputación es una medida de tratamiento extremo y último, que sólo está reservada para casos verdaderamente graves… pero al mismo tiempo, la mutilación genital masculina ha logrado colarse como común, normal, aceptable, algo que los papás de un varón “tienen derecho de decidir”, etcétera.


Vamos dejando de engañarnos: toda circuncisión es una amputación, porque corta irreversiblemente un órgano que tiene nombre, que tiene funciones específicas, que sirve para crear una respuesta sexual normal, que está sano, y que ya no existirá más en el cuerpo una vez que se ha cortado. Las palabras como “extirpar” o “remover” significan exactamente lo mismo: am-pu-ta-ción. No podemos disfrazar eso. Se trata de una amputación. Una que, por cierto, el único que la debería poder decidir es el dueño del cuerpo, ¡y nadie más!


Rara vez un ser humano saludable necesita una amputación de nada. Y en el resto del Universo médico, rara vez se le practica una. Puede darse la necesidad por infecciones severas de varios días, por heridas extensas, gravísimas y muy descuidadas, o por gangrena (que suele ser la consecuencia de heridas extensas, gravísimas y muy descuidadas). La diabetes por ejemplo, causa fallos circulatorios y un cierto tipo de gangrena en las extremidades, que a veces hace necesaria una amputación. Pero, de nuevo: son casos en donde existió una evidente desatención médica de mucho tiempo.

¿En qué casos es necesaria una amputación?:

  • Tumores malignos
  • Gangrena
  • Congelamiento (que en cierto modo es parecido a la gangrena: el órgano o extremidad se nos muere bien muerto)
  • Un traumatismo muy severo, por ejemplo perder casi todo el brazo como consecuencia de un accidente. Si ya nomás quedó colgando de un pedacito, lo único sensato de hacer es amputar, porque ése brazo ya nada más va a existir para infectarse.

Pero nadie en Medicina usa jamás la amputación como…

  • Método preventivo
  • Profilaxis (o sea, por supuesta “higiene”)
  • Primera opción de tratamiento de infecciones
  • Primera opción de tratamiento por piel estrecha
  • Primera opción de tratamiento para ninguna cosa…

… a menos que se trate del prepucio masculino. Es la única parte del cuerpo a la que no le hemos concedido el mismo respeto. ¿Cómo es que nos terminamos dejando llevar por ésta falacia, ésta lógica chueca?... ¿Cómo es que sí respetamos los genitales femeninos, que por cierto son más propensos a infecciones y más difíciles de limpiar, y no los cortamos jamás?...



Y en el establishment médico, en nuestro país, ha ocurrido algo muy curioso. Hemos llegado a ver ésta amputación (sólo ésta, única y exclusivamente ésta), como algo normal, deseable, “decidible” por los padres, estético, higiénico, sano… Es la única lagunita en donde nadie se acuerda del juramento hipocrático ni de la necesidad de reservar la amputación para casos extremadamente graves. Le hemos concedido a ésta amputación un respeto que no tendría por qué merecer. Le hemos concedido su propia categoría dentro de la Medicina. (Fíjense en muchos folletos de coberturas de Seguros para Gastos Médicos: la circuncisión de verdad sí tiene su propio capítulo).

La cosa se vuelve descaradamente lunática cuando nos damos cuenta de que existen hoy en día diversos estudios sobre SIDA, sobre el virus de VIH y sobre otras enfermedades de transmisión sexual, que buscan a toda costa legitimar la práctica de ésta amputación en individuos sanos: son estudios que parten primero de la idea de la amputación; y no de la enfermedad. ¿Cómo es que les dejamos salirse con ésa? ¿Qué otro estudio médico ha partido jamás de una amputación para después tratar de demostrar su utilidad para algo?... En todo caso debería ser al revés, ¿Sí nos vamos dando cuenta?... Ellos primero analizan a la mutilación genital, y después tratan de demostrarnos cómo es buena para evitar enfermedades. Imaginémonos que un ortopedista ha decidido salirse con una parecida:

La investigación médica conducida por el doctor A. Pérez, utilizando muestras experimentales con individuos de Tanzania, ha concluido que la amputación de pies definitivamente tiene un efecto positivo para evitar diversas enfermedades y afecciones, tan variadas como fracturas en los pies, hongos de pies, uñas enterradas en los dedos de los pies e infecciones en los pies. Si se practica en recién nacidos, la amputación también puede evitar el peligroso accidente que ocurre cuando un cabello o hilo muy fino se enreda fuertemente alrededor de un dedo del pie, cortando la circulación sanguínea. De 1000 individuos analizados, aquéllos a los que se les practicó la amputación de pies presentaron una tasa 95% más reducida ¡de TODAS estas afecciones y accidentes!"

Y el doctor A. Pérez no está mintiendo. Desde luego que amputar partes del cuerpo nos evita futuros problemas con ésas partes. Porque si las amputamos, ésas partes ya no existen. Igual que matar a mis vecinos me evitaría tener problemas con ellos.

Pero ésa es una lógica torcida, que nadie en su mente sana debería utilizar. El cuerpo merece respeto. El cuerpo merece opciones de tratamiento. Y merece integridad. Y merece que reconozcamos cómo cada una de sus sorprendentes partes, tiene una función importante, está ahí para hacer algo.

¿Apoyaríamos estudios similares para frenar el SIDA, si ésos estudios llegaran a la conclusión de que también la mutilación genital femenina es buena para prevenir enfermedades?... No. Probablemente les diríamos que están locos porque las mujeres occidentales llevamos siglos y siglos de estar sanas, y de saber cómo prevenir las enfermedades, sin necesidad de amputarnos nada.

Ah, por cierto, sí existen estudios de ése tipo con mujeres. Y sí, los resultados sí fueron que las mujeres “circuncidadas” tenían una probabilidad más baja de estar infectadas de VIH. ¡¡Wow, quién dijo que no iba a haber igualdad de géneros!!

Y por ejemplo, hay otro razonamiento torcido que nos regalan los anti-abortistas. Son gente que se dedica a señalar lo intenso que es el dolor que sufre un bebé abortado. Aquí no voy a hablar del aborto, ni hablaré acerca de si un feto sufre dolor o no. Lo más probable es que sí lo sufra, sobre todo en las semanas más avanzadas de la gestación. Los antiabortistas siempre nos dicen: “Ellos lo sienten todo¸ lo perciben todo, lo sufren todo, lo recuerdan inconscientemente todo!”… ¿Y saben qué?, yo les creo. Sinceramente les creo. Creo profundamente en el poder que tiene nuestro subconsciente, desde el nacimiento o incluso antes, para percibir y retener las cosas a un nivel menor que el de la conciencia.

Pero yo sólo espero que éstos no vayan a ser los mismos que dicen que “al bebé no le duele nadita la circuncisión”, porque entonces aquí tenemos un problema de coherencia doblemente serio.

Y seguimos permitiendo que nos vendan ideas de amputaciones por las razones más huecas y erróneas. Créanme, si la circuncisión de verdad sirviera para algo, los estudios funcionarían al revés. Ellos analizarían el VIH y luego concluirían que de verdad la amputación es la única manera. Pero como no funciona así, tienen que seguir haciendo esfuerzos desesperados para hacernos tragar el bulo.


2 comments:

  1. Esto es lo mejor que he leido de los intactivistas! Muy bien escrita! Lo lei en ingles en Saving Our Sons. Gracias por escribirlo!

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