Sunday, May 2, 2010

Odiosas comparaciones: Mutilación Genital Femenina podría volverse legal y aceptable.


Y ahora, en contraste con el Post anterior, parece que el mundo viaja en dirección opuesta. Ésto es inquietante, mucho más de lo que parece.


Mientras el mundo estudia, trabaja, duerme y se prepara para la Copa del Mundo, una nueva noticia que no ha dado aún suficiente de qué hablar, resuena en algunos pequeños grupos médicos, activistas y legalistas de Estados Unidos. Resulta que, mientras unos cuantos se esfuerzan como locos (concretamente ellos) para hacer que su petición de ilegalizar la Mutilación Genital Masculina sea escuchada, otros tantos doctores miembros de la Academia Americana de Pediatría (AAP) ahora en éste mes de Mayo de 2010, abogan por legalizar la Mutilación Genital Femenina.

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Su alegato es el siguiente; y perdón por usar la palabra "alegato" porque más que una charla de Starbucks fue una desafortunada postura oficial, aquí les va resumidito, molidito y en la boca:

En el mundo hay culturas que realizan mutilaciones genitales femeninas. No todas son igual de graves; de hecho, en Occidente tendemos a escuchar únicamente acerca de la más grave (el Tipo 3, que incluye el corte casi total de los labios mayores y el cosimiento de la vagina), y que en la práctica es el menos común. La mayoría de países musulmanes y africanos que practican circuncisiones femeninas tan sólo hacen un corte del capuchón clitoridiano (prepucio femenino) o corte del clítoris, pero sin cortar partes de los labios ni coser la vagina. Como éste es un fuerte problema cultural en Estados Unidos, ya que muchos grupos de inmigrantes mantienen lazos con esta práctica e insisten en realizarla, nosotros los pediatras gringos debemos ofrecer que sea legal en nuestro país la alternativa de realizarles a las niñas y recién nacidas un corte pequeñito, una "muesca" en el clítoris, que ni siquiera sería más grave que las perforaciones de orejas en las niñas. La opción de ofrecer ésta muesca es ilegal hoy en día, gracias al Acta Contra la Mutilación Genital de 1996, pero éso podríamos cambiarlo. Ésto, con el fin de mostrarnos sensibles a su cultura, construir confianza entre hospitales y grupos inmigrantes, mostrar respeto a sus tradiciones y sobre todo evitar que las niñas sean enviadas de vacaciones a su país de origen a que las mutilen de una forma más grave. Además, debemos recordar que los padres ya cuentan con el derecho de decidir circuncisiones rituales cuando se trata de infantes varones.

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La verdad es que nuestras reacciones han sido lentas, y éso es porque nos hemos quedado sin una palabra. No podemos creer lo que leen nuestros ojos.

¿¿Es que me engaña mi vista?? ¿Acaso soy presa de alucinaciones? ¿Así que el siguiente paso será legalizar la Mutilación Genital Femenina, todo en aras del relativismo cultural?

Éste va a ser un Post largo.

Y pecaré de poco original, porque antes que nada me gustaría dejar oír las voces de otros activistas con los que me mantengo en contacto; que han hecho comentarios muy variados al respecto. (Sin apellidos para proteger su privacidad):

James dice: Qué grupo de personas más grotesco, doblemoralino, y emocionalmente desconectado. Su "Comité de Bioética" debe ser una broma enferma.

Laura dice: Si a nuestros varones ya les estamos haciendo una cosa peor, por qué no se volvería legal hacerles algo "más inocuo" a nuestras niñas. Somos hipócritas - ¡¡tanto la Mutilación Genital Masculina como la Femenina deben ser ilegalizadas!!

Jennifer dice: Por supuesto que la circuncisión masculina y la femenina iban a ser puestas en un plano de comparación. Mientras en Estados Unidos le hagamos lo mismo a los varones, no tenemos voz, no somos quiénes, para criticar a las sociedades que mutilan a las mujeres.

Nickolas dice: asqueroso, tan sólo para seguir justificando la circuncisión masculina, y apoyándola con mitos y mentiras, ahora la AAP busca debilitar la ley contra la Mutilación Genital Femenina.

Guggie dice: se le llama "círculo vicioso" por una razón.

Danelle dice: el corte genital no consentido en hombres y en mujeres es una grotesca violación a los Derechos Humanos.

Enith dice: no sólo la AAP quiere continuar cortando pedazos de los bebés varones, ahora también de las mujeres. Repulsivo.

Ésta humilde servidora dice: Madre mía de mi alma.



Y dado que será un Post largo, será mejor dividirlo en subtemas:

  • No atacamos a los grupos culturales, ni a las personas como tal.
Lo único que puede ser atacable son las ideas, y sí, también las tradiciones.

Hay que retomar ésa idea peregrina que lanzó la AAP: "es para respetar sus tradiciones". Y discúlpenme pero, ¿todas las tradiciones son respetables? ¿La tradición hindú de quemar a la viuda junto con el recién fallecido esposo era respetable? ¿La tradición árabe de matar a las mujeres deshonradas es respetable? ¿La tradición mexicana de que la mujer no debe trabajar fuera de casa es respetable? ¿La tradición nórdica de salir a masacrar focas bebés a palazos es respetable? ¿La tradición china de inutilizar los pies de las niñas era respetable? ¿La tradición, china también, de abortar bebés niñas por ser niñas tiene algo de respetable? ¿La Mutilación Genital es respetable?... NO. Los que sí son respetables son los hindúes, los nórdicos, los chinos, los israelitas, los americanos, los árabes, los africanos como personas. Pero sus ideas y sus tradiciones no tienen por qué ser respetables; no cuando atentan contra Derechos Humanos que al planeta le ha costado una vida razonar, pergeñar, enseñar y defender.

  • Ése peligroso, peligroso relativismo cultural.

Además de los intactivistas a los que ya cité allá arriba, aquí quiero citar a un personaje admirable que ni siquiera tiene nada qué ver con éste tema. Quiero citar a mi amigo Judas Ishkarioth, gran pensador y agnóstico, uno de ésos pasajeros maestros que tanto me enseñaron en un antiguo foro filosófico y libertario en el que participé durante años. Para eso primero me cito a mí misma, con un comentario que publiqué en Facebook recientemente:

Clara Franco El problema de tratar de buscar un mundo feliz y la plena tolerancia, es que el relativismo cultural puede ser una cosa MUY peligrosa. Para no herir susceptibilidades, somos capaces de aceptar las costumbres sociales más horrorosas. Como lo dijo en un soberbio artículo sobre la filósofa Hipatia mi buen amigo Judas Ishkarioth, subestimamos la capacidad humana para la barbarie, la atrocidad, la irracionalidad y la completa estupidez. Para muestra basta ésto: La Academia Americana de Pediatría, con tal de encontrar razones para seguir justificando la mutilación genital masculina (circuncisión masculina), está reconsiderando su política sobre la Mutilación Genital Femenina, y parece que ahora opina que la modificación genital en niñas NO ES TAN MALA DESPUÉS DE TODO!!!! =)
http://www.prnewswire.com/news-releases/american-academy-of-pediatrics-aap-is-advocating-for-us-pediatricians-to-perform-certain-types-of-female-genital-mutilation-fgm-92871624.html

www.prnewswire.com
American Academy of Pediatrics (AAP) Is Advocating for U.S. Pediatricians to Perform Certain Types of Female Genital Mutilation (FGM).

Aap

Really, AAP? Dedicated to the unhealthy agenda of all its members, maybe?


Y es que dice magistralmente mi amigo Judas: "El error de Hipatia, de Alejandría y previsiblemente el de occidente es el mismo: menospreciar la capacidad humana para la barbarie. (...) Hipatia somos todos los que nos encerramos en nuestras convicciones razonadas mientras otros gritan sus creencias. Hipatia somos los que nos encontraremos, más pronto que tarde, a la barbarie fundamentalista de vuelta derribando nuestras puertas. (...) Hipatia murió porque las personas buenas no están dispuestas a defender sus ideas con sangre, y las personas fanáticas sí. Ese principio universal sigue siendo válido hoy, y el grado de fanatismo de la diferentes comunidades humanas no ha descendido demasiado a pesar de lo que pensemos aquí o de lo que hayamos progresado, como tampoco ha cambiado nuestra aversión como librepensadores a la violencia innecesaria. Pero a lo que no tenemos derecho ya es a callar."


Nos hemos vuelto unos relativistas y éso no siempre es bueno. Creo que en el presente siglo, algunos de los valores sociales más apreciados son la tolerancia, la paz, los Derechos Humanos; éstos son principios que tanto individuos como gobiernos buscan (o al menos dicen que buscan) perseguir. Empezamos a obsesionarnos con lo que es políticamente correcto, porque no queremos ofender a grupo alguno. A los negros no se les debe decir negros, son personas de color. Los discapacitados no son tales, sino personas especiales y distintas. Las mujeres tienen derechos. Los gays no son enfermos sino que simplemente tienen, desde nacimiento, una orientación sexual diferente. Y yo, yo Clara Franco, yo como persona, estoy de acuerdo con todo ésto. Defiendo a muerte los derechos de todos ésos grupos. Pero existen límites, deberían existir límites y por éso el relativismo es tan peligroso: porque a veces sucede que, los gobiernos o instituciones, por andar volteando hacia todos lados, voltean a ver a las mujeres, voltean a ver a los musulmanes, voltean a ver a los homosexuales, para cuidarse de no encabritar a ninguno, y de tanto voltear se les olvida para dónde iban. En ése momento justo es cuando se vuelve peligroso. Los Derechos Humanos no pueden ser relativos, o estamos fritos.


Claro que defiendo la tolerancia, la convivencia social y racial y sexual y nacional mixta; y el respeto a las personas y el respeto a las tradiciones... Siempre y cuando ésas tradiciones consitan en comidas, cantos, juegos, retos corporales razonables, artesanías, arquitectura, campamentos en la naturaleza o cosas por el estilo. Una tradición que consiste en mutilar partes del cuerpo, aterrorizar a bebés y niños, y disfuncionalizar órganos sexuales sanos, no tiene nada de respetable. Y creo, siento, que nuestra obligación es decirlo. Tal vez no con ello logremos hacer que desaparezca. Pero tiene que haber alguna voz disidente, al menos, por lo menos para hacer notar que ésa tradición está haciendo un daño a alguien, y que habemos quienes nos damos cuenta.

  • La ausencia de control médico.
Dice la AAP: ésta será la opción más culturalmente tolerante y además, será más seguro para las niñas. "Una pequeña muesca, un pequeñísimo piquete tan sólo para sacar sangre". La pregunta del millón es: ¿y realmente los padres quedarán satisfechos con éso? ¿Padres y madres acostumbrados a deshacerse del clítoris entero, se conformarán con una muesca? ¿Quién va a estar ahí para verificar que sea sólo la mentada "muesca"?

A ver, aquí tenemos una paradoja. Tratan de hacerlo pasar a la vez como un procedimiento leve, casi inofensivo, pero también uno que dejará a los padres satisfechos. ¿Y cómo nos aseguramos de cuánta sangre será suficiente para los padres? ¿Qué tal que, ya estando dentro de la sala de operaciones, y ya entrados en gastos, deciden recorrer el bisturí medio centímetro y quitar TODO el clítoris? ¿ENTONCES SÍ es mutilación, pero ANTES no lo era? ¿O sea, cómo?... oO



Es como cuando la administración de Bush legalizó "ciertos tipos leves" de tortura. O como cuando los muhaidinnes árabes hablan de que a la mujer se le debe pegar "sólo un poquito". ¿Quién diablos puede controlar éso? ¿Quién diablos fija los límites al centímetro y al detalle?... Si la práctica es legal, entonces es legal y se acabó. Nada de "poquitos". En cuanto se vuelva legal hacerme una muesca en mis partes nobles siendo yo una bebé indefensa, ya nada cuesta mutilar un poco más.

Por otro lado, que alguien me explique cómo es eso de que "dar un pequeño piquete, que saque un poco de sangre", tiene algún tipo de dizque consecuencia benéfica, incluso alguna documentada mediante mitos y cuentos de hadas como sucede con la circuncisión masculina. Lo que quiero decir es: ¿cómo les van a hacer tragar a los papás el cuento de que ése piquete "basta" para la higiene o la salud o los propósitos que ellos buscaban?... ¿Saben qué?... No me gusta decir ésto, pero yo no puedo más que llegar a la conclusión de que, si lo único que los papás quieren es ver sangre en los genitales de sus hijos, entonces tenemos un caso más bien de pedofilia social y colectiva. A los padres sencillamente les encanta andar metiendo mano en los genitales de sus hijos. ¡De verdad!... No pueden dejar de hacerlo, simplemente no pueden dejarlos en paz. Que si el prepucio hay que retraerlo a la fuerza desde bebés, que si se le tienen que hacer "los ejercicios" al bebé varón (¿¿"ejercicios"??), que si a la niña hay que cortarle un poquito. Un buen puñado de culturas del mundo simplemente no podrían cooperar con la idea de dejar las partes pudendas de sus niños en paz, pero la respuesta tampoco es darles permiso de que "muesquen" a su antojo el clítoris de la niña y circunciden al niño con un pelador de papas musical de Bob Esponja (¡"Hey, al menos es un instrumento infantil y alegre... y es musical!")


(Musical como ésta señora que le chifla y canta a la niña mientras la torturan).

Imagínense, si a mí me pueden llamar "obsesiva" por hablar a favor de que se dejen en paz y no se toquen ni se dañen los genitales de los niños, ¿cómo le llamaremos a la gente que aboga por cortarlos?... Peor de todo, ¿cómo diablos podríamos meternos a controlar cuánto les van a cortar?

  • No es por el cuerpo, es por el consentimiento.
Nosotros "respetamos el cuerpo de los niños".
¿De verdad?

Vale, hay que suponer por un minuto que tú y yo estamos convencidos de que la circuncisión masculina tiene ventajas. Muchas ventajas. Y la femenina también, ya que estamos en ello. OK, así que tienen ventajas. Es más limpio, evita enfermedades de transmisión sexual, evita excesos de placer y nos vuelve más castos, evita que los niños se escondan centavos entre los pliegues. OK, ésas son nuestras ideas. Tenemos derecho a expresarlas, a dibujarlas y a representarlas con títeres, pero de lo que NO tenemos derecho es de imponerlas a la fuerza en alguien más. Tú tienes derecho a tu opinión, sí, pero no tienes derecho a los hechos y a los datos duros. Y los hechos son que mutilar los genitales de un bebé, obviamente sin su consentimiento, o de un niño, que no puede tener un consentimiento muy crítico que digamos, es una imposición de opiniones, y es dañino y cruel.


Olvídense por un momento de todas las veces que he dicho (con documentos médicos y académicos en mano) que la circuncisión es dañina, que afecta la vida sexual y que causa de hecho problemas sexuales. Aquí ése ya no es el punto.

El punto es otro, y es muy sencillo.

Padre de familia, madre de familia: sin importar si tú estás a favor o en contra de la circuncisión, sin que importe si crees que es benéfica o dañina, tu hijo algún día crecerá y se convertirá en un hombre que tendrá su propia opinión. Y aquí viene la mala noticia: puede que no concuerde con la tuya.

Mientras tú alegremente firmas un formato de consentimiento para que un cirujano pediatra le corte el prepucio, le estás quitando su derecho a decidir si realmente él hubiera querido lo mismo. Y ya. Lo siento, pero no hay lugar para debate u opiniones: impusiste tu opinión sobre su cuerpo. Punto.

¿Que él crece, y las chicas no lo quieren porque tiene un pene intacto y, como ellas son tan tontas, no saben de lo que se pierden?... Perfecto, que se haga la circuncisión entonces. Cuando tenga dieciocho años y él, él, ÉL lo pueda decidir por sí mismo y para sí mismo. Cualquier otra cosa es una opinión impuesta innecesariamente y, pues sí, también una mutilación genital forzosa.



Aquí vuelvo al tema que traté antes, en aquél Post sobre el loco de los tatuajes infantiles: en realidad no es cierto que respetamos los cuerpos de nuestros hijos. Además de las decisiones obvias que los padres naturalmente tienen que tomar, como la lactancia, vacunas, cortes de pelo, alimentación y demás; tranquilamente tomamos otras decisiones innecesarias que afectan el cuerpo de nuestros hijos y ni nos inmutamos: les ponemos aretes, otros les ponen tatuajes, les cortamos las partecillas que "les sobran" o que "son piel extra"... E insisto en que los aretes en las niñas son una costumbre tan aceptada, que yo misma no hablo en contra de éso y ni tan siquiera me molesta que me hayan hecho mis agujeros al nacer. Pero de ninguna manera puedo estar a favor de mutilar partes de órganos sexuales. Lo siento. Y siento hacer notar la hipocresía de quienes piensan que acaso vivimos en un mundo donde se respetan muchos derechos de los niños y que acaso respetamos mucho sus pequeños cuerpos: no, no lo hacemos. No es verdad.

Más bien estamos completamente de acuerdo con modificar sus cuerpos a nuestro antojo, siempre y cuando exista el precedente de que alguien cercano a nosotros ya hizo lo mismo (borregada). Éso puede, a la larga, hacerles un bien o un mal a los niños; pero ése no es el punto. El punto es que hemos caído en un nivel de aceptación cultural tan amplio y - probablemente - peligroso, que estamos dispuestos a aprobar la mutilación genital femenina, con tal de seguir apoyando la masculina. Y éso, gente, éso es algo peligroso.

  • Otros intactivistas opinan: "¡Es lo mejor que pudo haber hecho la AAP para mostrar lo sexistas que somos en cuanto a circuncisiones!"
Y puede que tengan razón. A fin de cuentas, ésta postura oficial por parte de la AAP logró hacer de una forma grosera, repentina y malencausada, lo que muchos activistas hemos tratado de hacer por mucho tiempo: poner a la Mutilación Genital Masculina y a la Mutilación Genital Femenina en un plano de comparación. Y bien dijo Jennifer: no tenemos pico para criticar a ésta última, mientras que nuestra sociedad se muestre perfecta y holgadamente cómoda con la primera.


Debimos verlo venir.

Antes de usar ése argumento (yo lo he usado hasta el cansancio) de que "es que nunca le harías lo mismo a tu hija", debimos recordar que allá afuera hay millones de seres humanos que no piensan. Millones que son irracionales. Como escribió mi fantástico amigo el Judas pensador en su Blog, es que subestimamos la capacidad humana para la barbarie y la atrocidad. Y éso es una cosa peligrosa. El Holocausto acaba de ocurrir apenas en el siglo pasado precisamente porque creíamos que ya habíamos dejado atrás la época de la barbarie y la atrocidad. Y no. Tan sólo para continuar legitimizando la circuncisión masculina, la gente está lista para reconsiderar la mutilación genital femenina. A-lar-man-te.

Sencillamente, la gente no lo entiende. No pueden hacer las paces con la idea de que los dos, ambos, ambos dos, juntos con pegados, uno y otro tipos de mutilación, corte, piquete o como quieran llamarle, en genitales tanto de niños como de niñas, están mal y no son aceptables bajo ningún azucarado y escarchado concepto de relativismo cultural.


Quisiera mostrarme muy optimista, pero el mundo está plagado de gente irracional. Yo sólo puedo pensar que en cuanto algún botarate de bata blanca diga frente a un auditorio, o en una consulta privada, algo como: "pues sí señora, fíjese que ya descubrieron que hacerles la circuncisión a las niñas también es bueno, por higiene y salud", muchos van a estar dispuestos a tomarlos en serio. Y entonces, como han dicho por ahí, habremos dado un gigantesco salto atrás en derechos de mujeres, de niños y en la lucha en general contra la mutilación genital.

Y créanme que los más furiosos con esta noticia son muchos grupos de activistas africanos, de mujeres nacidas en África que se han partido el lomo por terminar con las costumbres nocivas de sus propios pueblos y de su propia gente. Tantos años de luchar ellas en las aldeas de África; para que Estados Unidos, con toda la fresca del mundo, de repente decida que la mutilación femenina siempre sí era buena:

(es una página Sudafricana).


Ésto muestra la verdadera igualdad de géneros. O bien

a) tanto niños como niñas deben ser sujetos a la mutilación genital, ya que les beneficia y es más limpio y sano para sus cuerpos, ó

b) no lo debe ser ni uno ni otro.

Pero lo terrorífico es que el mundo sí está dispuesto a considerar la primera opción como la más válida.




Actualización pertinente, 9 de junio 2010: poco después del escándalo que se fue provocando en periódicos, blogs, noticieros y demás; a propósito de éste gigantesco error, la AAP se retractó a principios de junio de su Postura Oficial con respecto al corte genital femenino.

Ésta noticia ha sido muy bien recibida y ha demostrado la enorme influencia que la presión pública puede ejercer en éste tipo de organizaciones, tanto en Estados Unidos como en cualquier otro país. Las organizaciones académicas saben que sin prestigio y credibilidad, no son NADA. ¡Bien!... ¡El siguiente paso es presionarlos para condenar también la mutilación genital masculina!

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