Sunday, November 13, 2011

¿Cuántos bebés tienen que morirse por la circuncisión?

Artículo original en inglés: Guggie Daly.

http://guggiedaly.blogspot.com/2011/08/how-many-babies-must-die-from.html

Traducción: Clara Franco

Hace algunos días, estaba revisando un link sobre las muertes causadas por circuncisión, y una vez más me sorprendieron los escalofriantes e insensibles comentarios que se hacen respecto al tema de bebés que mueren por ésta cirugía médicamente innecesaria.

Una y otra vez, oigo a quienes debaten el tema señalar que las aproximadamente 100-200 muertes anuales que resultan de la amputación del prepucio de recién nacidos en Norteamérica son “un número pequeñito” y nada de qué preocuparse. Aquí hay ejemplos de los comentarios que la gente me ha dejado:


“Incluso si duplicáramos ésa cifra, sigue siendo insignificante”

“Todo el mundo muere”

“Sólo son como 100 individuos”

“Oh, entonces de hecho se trata de algo bastante seguro”

“Pues bueno, más gente se muere en accidentes automovilísticos”

“No puedes salvarlos a todos”

Todos los días mueren bebés. Todos moriremos, de hecho. Ése es simplemente un hecho de la vida. ¿Cuál es el problema inherente a las muertes por circuncisión? ¿Por qué el hecho de que un bebé muera por circuncisión debe preocuparnos y enojarnos?

La operación rutinaria que hoy en día se realiza a los bebés varones en Norteamérica es reconocida como una cirugía médicamente innecesaria. Incluso la Academia Americana de Pediatría (AAP) reconoce que cualquier “potencial beneficio” es insuficiente para recomendar la circuncisión de rutina. Veremos ése link en un minuto.

La circuncisión rutinaria es el acto de tomar a un bebé saludable, vivo, funcional, y someterlo a una cirugía sin necesidad médica:






El bebé no está enfermo. El bebé no tiene ningún defecto congénito. Pero una parte del cuerpo se le corta con ésta cirugía. Y algunos de ésos bebés mueren.

En otras palabras, cada una de ésas 100-200 muertes era 100% evitable. Cada uno de ésos bebés debería estar vivo hoy. Como he bromeado antes:

“Nada en la vida es 100% seguro, pero la circuncisión médicamente innecesaria es 100% evitable”.

Meditando al respecto, puse esto como mi estatus de Facebook:

“Es interesante cómo la gente es tan rápida para descartar a los cientos de bebés que mueren por la circuncisión forzada como “un número insignificante”. Mientras tanto en nuestra sociedad, hasta una pequeña indirecta de muerte es suficiente para retirar juguetes del mercado, 30 muertes bastan para retirar de la venta cada cuna que ha fabricado una compañía, 14 muertes* resultaron en toda una revolución industrial de los portabebés, y 77 muertes* por ahogamiento resultaron en que la AAP pidió que se cambiara la forma de los hot-dogs. ¿Pero la muerte por circuncisión no cuenta?”

Quise contrastar nuestras reacciones sociales hacia las muertes infantiles causadas por otros productos industriales, comparadas con nuestro comportamiento hacia las muertes por circuncisión.

Y sí, la circuncisión es una industria en Norteamérica, con productos y servicios fabricados alrededor de la práctica:

http://guggiedaly.blogspot.com/2011/03/cost-of-circumcision.html

Ahora bien, ésa fue una reflexión valerosa, que muchos padres compartieron en sus propios perfiles, donde quizá sus amigos y familiares nunca habían oído hablar del problema. Les picó la curiosidad. Se interesaron. Se escandalizaron. Y, sobre todo, quisieron asegurarse de que los datos fueran verdaderos. Así que aquí hay una lista introductoria de fuentes y recursos con que respaldo mi afirmación.

Primero, es importante notar que en Estados Unidos no existe ninguna ley que exija a los hospitales y doctores reportar las muertes causadas por circuncisión (Nota de la traducción: y yo me apuesto lo que sea a que en México tampoco existe. Por eso en nuestro país, los datos acerca de niños o bebés que mueren por ésta misma operación – y puedes apostar a que sucede con la misma frecuencia relativa – son todavía más difíciles de encontrar). Pueden decir que fue cualquier otra cosa, pueden obscurecer la información en el certificado de muerte e ignorar del todo la verdadera causa de deceso. Así que los números que tenemos son proporcionados por hospitales y doctores que voluntariamente han compartido la información, o de otros casos muy altamente publicitados, como los artículos de noticieros de alto perfil.

Para darte una idea de cómo éste tema puede ser controversial y llevar a la confusión, checa éste artículo sobre un bebé que murió a la mañana siguiente de tener una hemorragia por su circuncisión. Su muerte fue reportada como fallo del corazón:

http://www.drmomma.org/2010/10/baby-dies-from-circumcision-surgery.html

En años anteriores, la AAP meramente estimaba los números, y frecuentemente sorteaba la cantidad de 224 muertes anuales. El estudio más reciente concluyó que al menos 117 muertes ocurrían por año:

http://www.mensstudies.com/content/b64n267w47m333x0/?p=e41bf9de7d0c413fb1173576d8528cfa&pi=5

Esto significa que en el período neonatal (los primeros 28 días de vida y el período en que normalmente ocurre la circuncisión rutinaria), la circuncisión causa más muertes que el Síndrome de Muerte Infantil Súbita y los accidentes de auto:

http://www.examiner.com/family-health-in-washington-dc/new-study-estimates-neonatal-circumcision-death-rate-higher-than-suffocation-and-auto-accidents

¿Suena sorprendente?... Cuando piensas en lo que es la circuncisión rutinaria y luego miras la fragilidad de un recién nacido, tiene sentido. Tan sólo el perder una pequeña cantidad de sangre los puede poner en estado crítico; un poquito más y se mueren desangrados:

http://www.drmomma.org/2010/05/death-from-circumcision.html

Los recién nacidos no son más fuertes que los adultos ni pueden aguantar ésta cirugía mejor que los adultos. Para la información específicamente relacionada con los riesgos que enfrentan los recién nacidos con ésta cirugía, por favor vean mi artículo al respecto aquí:

http://guggiedaly.blogspot.com/2011/08/newborns-are-stronger-than-adults-its.html

Incluso cuando el bebé ya ha sobrevivido a la cirugía, muchas veces pasamos por alto las complicaciones que pueden experimentar después. Éste urólogo pediatra que se especializa en atender bebés dañados por la circuncisión habla al respecto:

“En mi experiencia, como urólogo pediatra, manejo las complicaciones de la circuncisión neonatal. Por ejemplo, en un período de dos años, me refirieron a más de 275 recién nacidos y bebés con complicaciones de la circuncisión rutinaria. Ninguna de éstas fueron “revisiones” por mera estética, las cuales no hago. El 45% de ellas requirieron cirugía correctiva (tanto menor como mayor, especialmente por causa de daño amputativo)”.

http://www.examiner.com/family-health-in-washington-dc/circumcision-s-complications-what-could-go-wrong

Entonces, sabemos que al menos 117 niños mueren anualmente, y cientos más presentan daños, por una práctica que no tiene beneficios médicos probados de acuerdo a la AAP y que es realizada en bebés sanos sin indicación médica.

¿Ya ves cuál es la preocupación?

¿Cómo es que retiramos del mercado TODAS las cunas de puerta lateral en Norteamérica porque hubo treinta muertes en los últimos DIEZ años, pero no retiramos la circuncisión, que mata por lo menos 117 bebés CADA AÑO?

“El gobierno ilegalizó las cunas de puerta lateral el pasado miércoles, tras las muertes de más de 30 bebés y niños en la última década y millones de retiros del mercado”

http://www.msnbc.msn.com/id/40678788/ns/health-childrens_health/t/after-dozens-deaths-drop-side-cribs-outlawed/

¿Por qué retiramos del mercado CADA rebozo portabebé infantino por culpa de 14 muertes en los últimos VEINTE años, pero no retiramos del mercado a la circuncisión, que mata 117 bebés, más que el SIDS (Síndrome de Muerte Infantil Súbita) y los accidentes de auto en la misma etapa?

http://www.cbsnews.com/stories/2010/03/12/earlyshow/living/ConsumerWatch/main6292012.shtml

¿Por qué la AAP está diciendo a los fabricantes de salchichas que rediseñen la salchicha para hotdog, y ponga etiquetas de advertencia, y que exija reportes y retire del mercado los productos debido a 77 muertes anuales si examinamos los datos de niños hasta 14 años?… pero lo único que la AAP puede decir acerca de la circuncisión, que mata anualmente 117 bebés, es:

“La evidencia científica existente demuestra beneficios médicos potenciales de la circuncisión masculina neonatal; sin embargo, éstos datos no son suficientes para recomendar la circuncisión neonatal de rutina”.

http://aappolicy.aappublications.org/cgi/content/full/pediatrics;103/3/686

¿Quieres ver éso de nuevo?

La AAP, acerca de los hot-dogs:

“Se requiere un sistema obligatorio; para etiquetar los alimentos con advertencias adecuadas acorde al riesgo por ahogamiento, para conducir vigilancia detallada e investigar los incidentes de ahogamiento relacionados con los alimentos, y para advertir al público sobre los riesgos emergentes de atragantamiento por alimentos”.

http://www.medpagetoday.com/Pediatrics/PreventiveCare/18598

La AAP, acerca de la circuncisión:

“La evidencia científica existente demuestra beneficios médicos potenciales de la circuncisión masculina neonatal; sin embargo, éstos datos no son suficientes para recomendar la circuncisión neonatal de rutina”.

http://aappolicy.aappublications.org/cgi/content/full/pediatrics;103/3/686

Si el gobierno, la AAP y los hospitales/doctores no se están preocupando, entonces es tiempo de que nosotros, los padres, nos preocupemos. Las muertes terminan con nosotros.

¡Cuestiona la circuncisión!

http://guggiedaly.blogspot.com/2011/07/who-would-you-cut.html

Cuestiona los costos de la circuncisión:

http://guggiedaly.blogspot.com/2011/03/cost-of-circumcision.html

Protege a tus hijos de la circuncisión:

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/7861536

No es una “decisión”. Nació saludable, ¡manténlo así!

http://www.drmomma.org/2010/02/dr-dean-edell-statement-on-circumcision.html

Amanda cuestionó la circuncisión después de que su hijo fuera circuncidado. Ella dice:

“En ése entonces, hice lo que creí que todo mundo hacía. Ahora que sé mejores cosas, hago mejores cosas. Te amo, hijo, y ésta terrible experiencia en nuestro pasado me ayudó a luchar para volverme la mejor madre que puedo ser el día de hoy. ¿Circuncisión?... Nunca más”.

*el estudio original afirmaba que hubo 17 muertes por portabebés y 117 por los hot-dogs, pero el artículo del CPSC afirma que fueron 14 muertes y la AAP afirma que fueron 77. He editado la afirmación para que vaya en línea con los datos.

Saturday, October 15, 2011

Confesiones de un hombre circuncidado.


Antes y después: imágenes de un libro de texto que comparan un pene herido y uno completo.

http://www.shands.org/

Texto original en inglés, en The Guggie Daily: http://guggiedaly.blogspot.com/2011/01/confessions-of-circumcised-man.html

Desde que tengo memoria, me han gustado las puestas de sol y las pinturas impresionistas al óleo. La sutil interacción del color y la luz siempre me ha parecido bella, incluso sublime. No puedo imaginar nada más hermoso.

Tanto así, que me sentí estupefacto cuando me enteré, a la edad de 18 años, que era daltónico. “No puede ser”, le insistí al oculista. Él me explicó con total naturalidad, que había fallado completamente la prueba Ishihara, de reconocimiento de colores. De una serie de 38 círculos con puntos de colores, sólo pude ver los números alojados en cuatro de ellos. No cabía duda. Era daltónico.

Mi negación fue total. No le creí. “Puedo ver colores”, insistí. “Mis jeans son azules. Mi camisa es azul claro. Sus pantalones son grises”. Me explicó sin matices que sí, que yo podía ver algunos colores. Pero lo que yo veía no era ni de lejos tan vívido o completo como lo que veían las personas con “visión normal de los colores”. Mi visión de los colores estaba radicalmente apagada.

Aún así no le creí. Les enseñé la prueba a mis hermanas. Ambas pasaron, fácilmente.

Me llevó cierto tiempo procesar éste descubrimiento y aceptar que yo era uno de ése 20% de hombres que son daltónicos por causa de un defecto genético. No era culpa de nadie. Nada de qué avergonzarse. Sólo mala suerte.

Pero éste descubrimiento, y mi experiencia venciendo a la negación, me permitieron finalmente confrontar algo más. Pude confrontar otra área en donde mi percepción del mundo está significativamente disminuida. Ésta área está disminuida de una manera que nunca imaginé posible. Es otro lugar en donde mi percepción del mundo no es, ni de cerca, tan vívida o completa como la de la “gente normal”.

Me refiero al área de mi percepción sexual – mi apreciación física del contacto sexual normal. Mi percepción sexual también está disminuida. Pero ésta vez no se trata de algún inocente, desafortunado defecto genético. Esto me lo hizo alguien más. Mi percepción sexual me fue robada.

Fue robada intencionalmente. Robada por doctores. Sin mi conocimiento o consentimiento. Fue robada cuando yo era un bebé indefenso. Y, quizá lo más sorprendente, fue robada con la aprobación de mis padres.

Ésta vez la negación fue más difícil de superar. Ésta vez la negación no solamente me protegía en mi auto-imagen de hombre “normal”. Ésta vez, la negación me protegía de enterarme que las personas en quienes más he confiado, a quienes más he amado – me habían traicionado. La negación me impidió enterarme y sentir el doloroso descubrimiento de que había sido lastimado, para siempre, en la parte más íntima y privada de mi vida. Fui sexualmente mutilado, de manera permanente. Intencionalmente. Por las personas que afirmaban amarme más – mis padres.

Éste ha sido un camino de auto-descubrimiento muy difícil de seguir.

Pero, al confrontar todos los sentimientos que me aguardaban detrás de mi cortina de negación, encontré más que simple enojo y depresión. Los había, ciertamente, y en gran cantidad. Pero también encontré entendimiento y crecimiento personal y algo de esperanza.

Ahora entiendo por qué a veces tengo dificultad para mantener una erección o llegar al orgasmo. No se trata de una falla vergonzosa en mi masculinidad. No es evidencia de mi desinterés físico y emocional en mi compañera sexual. No es una prueba de mi flaqueza como hombre. He aprendido que esto es una prueba del éxito de la operación. La disfunción eréctil y el placer sexual disminuido, SON los resultados deseados de una circuncisión. ¡Mi operación fue un éxito!

Mucha gente cree que el sexo es malo. Creen que la masturbación y el sexo recreativo son inmorales. A veces estas creencias tienen una motivación religiosa, a veces no. El corte genital es la intervención quirúrgica que ataca directamente a la “maldad” de la sexualidad humana. Hace poco, los textos médicos eran muy específicos acerca de la efectividad de la circuncisión masculina y femenina para prevenir la masturbación. Eso es lo que el corte genital pretende lograr – disminuir la sexualidad humana, reduciendo dramáticamente el placer sexual. Ahora lo entiendo. También entiendo que ésta intención nunca se la explicaron a mis padres.

Ahora entiendo que mis sensaciones sexuales disminuidas no son el resultado de una circuncisión malograda, estropeada o demasiado agresiva. Están disminuidas porque mi circuncisión salió justo como debía de salir. Mi órgano sexual no es normal, no está intacto. Las partes más sensibles de mi pene ya no existen. Me quitaron los “labios” del prepucio. Me amputaron la banda fibrosa que cubre la cresta del glande. Me quitaron el frenillo. Mi prepucio exterior me lo quitaron. Y finalmente, mi glande y mi prepucio interno están des-sensibilizados, a raíz del contacto constante con la ropa y el mundo exterior. También entiendo que éstas partes exquisitamente sensibles de mi anatomía, y sus funciones, nunca se las explicaron a mis padres.

En efecto, los “ojos y oídos” de mi sistema de percepción sexual ya no están. Todavía puedo tener sexo y puedo concebir un niño, pero gran parte de la diversión y mucha de la frecuencia se han ido. Sé acerca de la frecuencia reducida por mis esfuerzos fallidos – y el miedo a tener más fallas. La pérdida de placer, la diversión, es algo que sólo puedo tratar de comprender leyendo.

Pero sé acerca de la insensibilidad y la pérdida. Los recuerdos de mi pérdida de erecciones con mujeres a las que amaba, con mujeres que me atraían profundamente, tanto física como emocionalmente, son aún muy agudos. Así recuerdo también cómo me sentí inadecuado, y cómo ellas sintieron que no eran lo suficientemente atractivas o deseables. Y esas relaciones poco a poco perdieron el rumbo y terminaron. Ahora entiendo por qué. Y entiendo que los resultados predecibles de mi circuncisión nunca se los explicaron a mis padres.

Sé acerca de la insensibilidad y las enfermedades. Me enseñaron sobre el sexo seguro, y entiendo lo importante que es. Pero también sé que, las veces que he tratado de usar condones, me vuelvo totalmente insensible, no siento absolutamente nada. Para mí, los condones equivalen a abstinencia. Con un condón puesto, rara vez puedo mantener una erección y nunca puedo alcanzar el orgasmo. Ahora entiendo por qué. Pero cuando tenía que elegir entre las opciones del sexo inseguro o no tener sexo, elegía el sexo inseguro. Y pagué el precio. La circuncisión no es lo único que dura para siempre. Algunas enfermedades también duran para siempre. También los recuerdos de angustia por el miedo a un embarazo no deseado. Cargaré con ellos el resto de mi vida. Ahora entiendo por qué. Entiendo que mis padres nunca supieron que la circuncisión me pondría en una situación donde tendría que tomar ésos riesgos para poder tener intimidad con alguien a quien amaba.

He pasado por un gran crecimiento personal a raíz de éste proceso de lidiar con mi circuncisión. He investigado acerca de mi cuerpo – cómo son las partes con las que nací y sus funciones. He investigado cómo la comunidad médica ha engañado a generaciones enteras de padres acerca de la práctica de la circuncisión. He investigado sobre lo difícil que es sobreponerse a la negación y romper el círculo de abuso ritual que existe dentro de las familias. Y he investigado sobre las tendencias cambiantes en las decisiones que las familias están tomando para sus hijos – y esto me da esperanzas.

“Esperanza” no es una palabra que me viene fácilmente a la cabeza y al corazón cuando hablo del corte genital. Sobreviví a una experiencia de abuso sexual que no recuerdo… pero que nunca olvidaré. Nunca sabré cómo se supone que debe sentirse el sexo para un hombre. Nunca podré mirarme al espejo y ver a un hombre completo. Pero, he aprendido que puedo perdonar a mis padres por permitir que un extraño me lastimara de esta manera. He aprendido que aún los amo, a pesar de mi dolor y enojo. Y éso me da esperanzas. Tengo esperanzas porque sé que puedo amar y perdonar. Puedo amar y perdonar porque mis padres fueron engañados y no sabían nada mejor. No tenían un acceso fácil a la información por medio de Internet. No oyeron voces de activistas por los niños, hablando en mi nombre. No contaban con el respaldo de un amplio grupo de padres que estaban cuestionando y rechazando la horrible violación rutinaria que es la mutilación genital infantil.

No es que mis padres no quisieran enterarse, o que no quisieran protegerme. Fueron engañados. Y yo los perdono.

Tengo esperanzas porque puedo canalizar mis sentimientos negativos de traición, enojo, dolor y depresión en algo positivo. Puedo abogar por los recién nacidos de hoy, que serán una generación de hombres mañana. Puedo ayudar un poco a educar a los padres de hoy, y ser la voz que quisiera que hubieran oído mis padres. Puedo ayudar a romper el ciclo de violencia contra los bebés varones, de la misma forma en que lo han roto para las niñas.

La esperanza no me devolverá lo que me quitaron hace tanto tiempo. Pero si acaso puede ayudar a que algunos cuantos padres elijan valerosamente enfrentar a sus doctores y a sus familias en defensa de sus hijos, habrá valido la pena enfrentar todo el dolor que encontré escondido tras mi cortina de negación.

Un millón de bebés varones están llorando, pidiendo que alguien los ayude. No puedo quedarme callado. No puedo coludirme a través de la inacción. Debo tratar de hacer mi parte para ayudarlos de la manera que pueda. Por favor ayúdenme en éste esfuerzo. Nuestra generación puede proteger a la siguiente.

Kirk.




Aquéllos interesados en aprender acerca de las complicaciones sexuales causadas por la circuncisión de rutina pueden encontrar útiles estas fuentes:

¿Cuál es el costo de la circuncisión?

http://guggiedaly.blogspot.com/2011/03/cost-of-circumcision.html

Circuncisión y complicaciones y vaginismo:

http://www.vaginismus-awareness-network.org/circumcision.html

Cómo la circuncisón masculina puede estar afectando tu vida amorosa:

http://www.coloradonocirc.org/pamphlets.php

Efectos secundarios a nivel sexual:

http://www.boystoo.com/medical/conversion.htm

http://www.cirp.org/

http://www.norm.org/lost.html

http://www.notjustskin.org/

Artículos de Dr. Momma sobre el tema:

http://www.drmomma.org/2009/12/circumcision-secret.html

http://www.drmomma.org/2009/10/improve-marital-sex-keep-foreskins.html

http://www.drmomma.org/2009/10/male-circumcision-hurts-women.html

http://www.drmomma.org/2009/10/how-male-circumcision-impacts-your-love.html

Monday, August 1, 2011

Estudiando los beneficios del pene intacto.

Traducción de éste importante artículo de nuestro compañero Travis Wisdom, que estudia a detalle las funciones del prepucio. Yo misma al traducirlo aprendí cosas nuevas. ¡Hay tanta ignorancia mutiladora allá afuera! :(



Post original aquí: http://www.thewholenetwork.org/4/category/the%20foreskin/1.html


Estudiando los beneficios del pene intacto. 10/27/2010

Por: Travis Wisdom

Traducción: Clara Franco

Nota del Autor: Publicado originalmente para la Asociación de Profesionales del Nacimiento y Posparto (CAPPA por sus siglas en inglés), en la edición de octubre de 2010 de “Cappa Quarterly”.

Introducción

Hay un número creciente de padres americanos que están diciendo “no” a la circuncisión de rutina. Ésta elección positiva le da a los niños mayores beneficios de salud y vida. Mientras las tasas de circuncisión continúan declinando en los Estados Unidos, aquéllos que eligen una crianza “amigable con el prepucio” se encuentran en contraste con la mayoría circuncidadora, la cultura circuncidadora. Esto puede crear incertidumbre acerca de las decisiones relacionadas con la circuncisión. A raíz de los mitos culturales relacionados con la circuncisión, incluso los doctores pueden estar dando información inexacta e inadecuada acerca de la importancia del prepucio, sus beneficios para la salud y sus roles para la función sexual óptima, así como la adecuada higiene y el cuidado de niños y hombres intactos.

Éste ensayo estudia varios beneficios y funciones protectoras, mecánicas, sensoriales y sexuales del prepucio, las cuales se pierden cuando éste es quirúrgicamente amputado. Discuto la higiene genital y el cuidado del pene intacto, con la esperanza de ayudar a terminar con la confusión y la ignorancia acerca de la higiene. Anticipadamente, el tener un entendimiento acerca de los beneficios y funciones del prepucio humano es útil tanto para los padres como los doctores, para así poder apreciar y respetar los genitales intactos.


Ventajas del Prepucio

El prepucio humano es un órgano especializado que cumple funciones protectoras, mecánicas, sensoriales y sexuales, todas las cuales son necesarias para la salud sexual integral [1]. Todos los varones sanos y funcionales nacen con las siguientes capacidades prepuciales, y deben poder disfrutar de sus beneficios y funciones durante la edad adulta.

Protectoras

El prepucio juega un rol crucial en la sexualidad humana, la cual se disfuncionaliza si éste es amputado mediante la circuncisión. Es necesario que el glande esté cubierto cuando se encuentra flácido, para mantenerlo protegido de patógenos, así como mantener el placer y la sensibilidad. El prepucio cubre al glande, ya sea total o parcialmente, en el hombre adulto, protegiéndolo de la sequedad y abrasión [2]. Estando protegido de estímulos externos, el prepucio mantiene al área subprepucial húmeda con secreciones prostáticas, vesiculares y uretrales [2]. La humedad subprepucial contiene lisozima, que destruye patógenos [1]. Es importante que el glande se mantenga en éste estado de humedad porque está cubierto de mucosa, no de piel. Adicionalmente, el prepucio lo protege del proceso de keratinización. De otra manera, éste proceso causaría que el glande se hiciera más grueso, conforme las células de la piel se acumulan en capas, lo cual destruye la sensibilidad [2]. En otras palabras, cuando el prepucio ya no está presente; los genitales masculinos pierden su habilidad de proteger la membrana mucosa del glande, y de evitar que el glande se vuelva “correoso” e insensible, lo cual es un efecto del cuerpo tratando de reponer la protección perdida.

En bebés varones, el prepucio protege al meato urinario del amoniaco de los pañales, y previene la meatitis, la ulceración meatal y la estenosis meatal. El meato urinario es la abertura de la uretra en el extremo del pene, y debe estar protegido de éstas condiciones, que incluyen inflamación, úlceras, y el estrechamiento de la abertura uretral. Todos estos síntomas pueden prevenirse, y sólo se encuentran en bebés circuncidados [5]. La E. coli, que se encuentra en las heces, es el patógeno más importante en las infecciones del tracto urinario. Las fibras musculosas del prepucio actúan como un esfínter, ayudando a prevenir las infecciones del tracto urinario en infantes, ya que bloquean el contacto entre el meato y las heces. Adicionalmente, el prepucio también ayuda a reducir la incidencia de uretritis no específica, y la presencia de Staphylococcus aureus en la uretra [1]. Concretamente, el prepucio impide que el niño se siente en su propia orina y heces dentro de un pañal, y el esfínter previene el contacto de éstas sustancias con la membrana mucosa del glande.

Mecánicos

Una función mecánica importante del prepucio es su capacidad para facilitar la penetración [2]. Al retraerse el prepucio, el pene se introduce en la pareja reduciendo la fricción, sequedad y abrasión, permitiendo que la relación sexual sea más cómoda [1].

Asimismo, la presencia del prepucio permite una penetración menos forzada. Después de la penetración, el prepucio provee una acción de “deslizamiento” única, que reduce la fricción y la sequedad [1].

Sensoriales y sexuales.

El prepucio es una zona erógena específica, se trata de la parte del pene más rica en terminaciones nerviosas, localizadas cerca de la “franja” de la cresta del glande. Ésta franja se origina en el frenillo, y rodea la abertura del prepucio [2]. El tejido que tiene las terminaciones nerviosas más sensibles al tacto y a la temperatura se localiza en el prepucio [1].

El prepucio tiene una capa de tejido muscular suave, el músculo peripeneal, que comprende una porción del músculo dartos [2]. Las terminaciones nerviosas presentes en el prepucio son estimuladas con movimiento y estiramiento [1]. A través de las contracciones de las fibras musculosas únicas de éste tejido, el prepucio obtiene una gran elasticidad, que es crucial para la sensibilidad erógena. El tejido musculoso debe estirarse para poder deslizarse sobre el glande durante la erección, para después volver a su cobertura en la flacidez. El estiramiento produce una sensación placentera. Las terminaciones nerviosas producen sensaciones erógenas y placenteras, que viajan al sistema nervioso central, alimentando al sistema nervioso autónomo. Éste proceso juega un rol vital en el control de la erección y la eyaculación [2].

Las terminales nerviosas del glande se concentran en la corona. De la misma forma, se introducen en la corona durante la relación sexual. [2]. El prepucio protege a la corona de la estimulación directa, y dado que es la parte más sensible del pene, ayuda a prevenir la eyaculación precoz [1].

En breve, la estimulación ocurre a través del estiramiento de la piel y su movimiento sobre el glande. La gran elasticidad del prepucio es vital para el placer erógeno. La relación entre las terminales nerviosas y el sistema nervioso autónomo es importante para controlar la erección y la eyaculación, para una sexualidad funcional. Las terminales nerviosas de la corona están entre las más sensibles y el prepucio las protege de la estimulación directa. Sin el prepucio, se afecta negativamente el tiempo de latencia.

Higiene Genital

El prepucio es una de las partes más fáciles de cuidar de la anatomía humana, y la regla más importante para la higiene de un bebé es: sólo limpiar lo que se ve [3]. La higiene infantil adecuada, tanto para niños como niñas, es así de simple. De hecho, la enfermera Marilyn Milos describe la limpieza de un pene intacto como muy similar a limpiar un dedo [4]. Sólo se debe limpiar los genitales externos, lo que está expuesto, usando agua tibia. No se requiere jabón. La limpieza interior o intrusiva no se requiere jamás. El prepucio del niño se retractará de manera natural en algún punto de su maduración, a su propio tiempo único, generalmente alrededor de la pubertad. Es imperativo notar que la retracción forzada del prepucio debe evitarse siempre, pues causa traumatismo, dolor, y destrucción del tejido en desarrollo y su flora natural [4]. Por supuesto que el pene al nacer está inmaduro, y el prepucio se conecta con el glande por medio de una membrana especial que asegura la higiene y la protección de las estructuras del pene [3]. Adicionalmente, ésta membrana también protege las zonas ricas en terminaciones nerviosas y erógenas de estímulos externos, así como bacterias de las heces, amoniaco de la orina y patógenos invasores [3].

Tanto John V. Geisheker como John W. Travis en su artículo “Sólo Limpiar Lo Que Se Ve: Revirtiendo la Epidemia de Retracciones Forzadas del Prepucio”, están de acuerdo en que, aunque el prepucio difiere en su estructura, se puede conceptualizar como un “himen masculino”, protector del órgano sexual interno durante los años en que el niño no lo necesita para propósitos sexuales. A su debido tiempo, la membrana desaparecerá conforme el niño madura [3].

Una vez que el niño ha descubierto que su prepucio se puede retraer (de manera natural), puede fácilmente cuidar y limpiar su cuerpo con tres pasos sencillos: retraer, enjuagar, y cubrir de nuevo [4]. Primero, retrae su prepucio. Usando sólo agua tibia, sin aplicar jabón u otras sustancias irritantes en la mucosa del glande o la estructura interna del prepucio, enjuagar. Luego, soltar el prepucio y permitir que naturalmente se deslice a su posición original sobre el glande [4].

Conclusión

El tener un entendimiento adecuado y una apreciación de las ventajas del prepucio masculino, le da a los padres la oportunidad de dirigir sus propias experiencias de nacimiento y primeros cuidados de su bebé. Es importante que los doctores reciban información actualizada, relevante, y exacta acerca de cuán importante es el rol del prepucio en la protección contra las enfermedades y patógenos invasores [1]; así como para proveer a los órganos sexuales funcionales de la movilidad necesaria para la relación sexual, así como para disfrutar el potencial completo de la intimidad sexual [1]. También, el cuidado de éste órgano único es extraordinariamente simple. El prepucio puede limpiarse y cuidarse con sólo agua tibia, sin usar sustancias artificiales como jabones, y sin necesidad de limpieza interna invasiva [3]. La primera persona que retraiga el prepucio de un niño debe ser el propio niño. Todos los demás deben dejarlo en paz y dejar que la naturaleza funcione a su propio modo. La membrana bajo el prepucio es la primera línea de defensa del niño contra infecciones, y la retracción forzada del prepucio interrumpe éste orden protector, causando traumatismo, irritación, desgarro y dolor evitable [4].

La lucha por una mejor educación y conocimiento de los órganos sexuales masculinos, ayuda a deshacer mitos sobre el cuerpo humano y la sexualidad masculina. Éstos recursos disponibles permiten una decisión informada acerca de la crianza “amistosa con el prepucio”, basada en la conciencia y la educación, contrario a las creencias erróneas e ignorantes que pueden promover el daño al cuerpo masculino, o bien causar una sensación de culpabilidad por proteger a los niños de los daños de la circuncisión rutinaria.


Referencias:

[1]
Hill, G. (2007). The Case against circumcision. Journal of Men's Health and Gender, 4(3), 318-323

[2]
Foreskin Sexual Function/Circumcision Sexual Dysfunction. Circumcision information resource pages. Retrieved (2009, September 07) from http://www.cirp.org/library/sex_function/

[3]
Geisheker, JV, & Travis, JW. (2008, May 30). Only clean What is seen - reversing the epidemic of forcible foreskin retractions. Kindred Community, 28-33.

[4]
Milos, MF. (2010). Letters to the Editor: Re: Provencio-Vasquez, E. & Rodriguez, A. (2009). Collaborative practice: Circumcision revisited. Journal for Specialists in Pediatric Nursing, 14(4), 295-297. . (2010). Wiley periodicals, Inc.

[5]
Denniston, GC, & Reiss, MD. (2004). The Medical Director’s Guide to Male Circumcision. Doctors opposing circumcision. Retrieved (2010, January 4) from http://www.doctorsopposingcircumcision.org

Sunday, July 24, 2011

Más sobre traumas sexuales relacionados con la mutilación:


Me llegó por e-mail éste interesante artículo. Y el comentario que viene aquí al inicio, es cortesía de Gabriela O. M.


"Comparto completamente lo que dice este artículo, pues de hecho es la misma conclusion a la que yo ya había llegado hace mucho tiempo: Que hay una profunda patología e inclusive una perversión sexual en los doctores que circuncidan a los bebés sin sentir nada ante los alaridos que da el pequeño indefenso, pues solo asi me puedo explicar el hecho de que no sientan nada, e inclusive hagan bromas cuando los bebes se desgañitan a veces hasta vomitar, al sentir el terrible dolor de la tortura a la que están siendo sometidos.

Pienso que dicho bloqueo proviene de haber pasado por la misma experiencia cuando ellos mismos eran bebés indefensos y que ese dolor que yace enterrado en las profundidades de su psique, no solo produce que se bloqueen ante el dolor de los bebés que como él mismo médico en su momento, están siendo sometidos a esa tortura, sino que en casos extremos, el mutilar a otros bebés tan indefensos como ellos mismos lo estuvieran a tan tierna edad, se convierte en una compulsión destinada a impedir que el dolor salga a la superficie y más que nada, como una forma extrema de venganza y de darle salida a la ira interna y oculta que ellos mismos sienten.... pero que son incapaces de expresar de una manera consciente, pues para poder hacerlo necesitarían enfrentar la realidad de su propio dolor.

Los pretextos que la ciencia médica esgrime actualmente tienen el mismo objetivo de mantener ese dolor enterrado en las profundidades de la psique con las justificaciones más absurdas. A los estudiantes de medicina no se les enseña jamás el verdadero valor a nivel puramente científico y anatómico del prepucio, pues el hecho de saber que el prepucio contiene más de 20,000 terminaciones nerviosas que lo convierten en la parte más sensible de toda la anatomía masculina, que se pierden irremediablemente para siempre al mutilarlo, no necesitaría de más de dos dedos de lógica elemental para entender que la mutilación del mismo implica la pérdida de un 70%-80% de la sensibilidad sexual del hombre... y eso debería de ser más que suficiente como argumento para convencer a cualquier médico... a cualquier hombre de hecho, de que la circuncisión es no solo una falta de ética profesional y una violación al sagrado juramento hipocrático de no hacer daño, sino un acto de locura... pues a qué hombre le gustaría perder su sensibilidad o saber que ya la ha perdido en gran medida y que su vida sexual tendrá un lapso de vida mil veces más corto que el de un hombre que jamás fue mutilado?

Yo creo que este dolor es lo que yace bajo el estado de negación que sienten tantos padres cuando se menciona este tema y que prefieren pasarle la estafeta del dolor oculto a sus propios hijos varones, antes que enfrentar la dolorosa realidad que les fúera impuesta a ellos mismos a tan solo unas horas de haber nacido".






Circumcision: What Your Baby Can't Tell You

"The Darker Regions of the Human Mind"

Some Statements About Circumcisers
From "The Unkindest Cut of All,"
by John M. Foley, MD
Fact, July 1966, Ralph Ginzburg, Publisher
[Quoted with permission]

[W]hy anyone would want circumcision made compulsory may seem puzzling.
One answer, of course, is that if circumcision were made compulsory, the circumciser would be protected whenever he happens to cripple or kill the little boy he operates on--a "complication" that is not so very uncommon. Another answer, I think, must be sought in the darker regions of the human mind, because circumcision is simply an unmitigated fraud. It is nothing but wanton and unnecessary mutilation. The annual 2 million assembly-line circumcisions in this country are a monument to the gullibility and stupidity of the American public.
For 60 years, a powerful and articulate minority in our profession has tried to enforce a taboo against any objective discussion of the merits or demerits of circumcision ... To question its value has become all but unthinkable. The medical literature is virtually closed except to those who drool over the operation's alleged advantages.
William Keith C. Morgan, M.D., ... has written in the Journal of the American Medical Associa-tion[:] ... "Why is the operation of circumcision practiced? One might as well attempt to explain the rites of voodoo!" ... Peter Van Zante, M.D., ... writes in the Medical Tribune: "Circumcision of a helpless child is a crime." Elsewhere he has said: "Circumcision is cruel and mutilating and actually should be outlawed." In 1920, a British physician named G. S. Thompson, who had once circumcised himself, later concluded that circumcision was nothing more nor less than "a barbarous and unnecessary mutilation" (British Medical Journal, 1920).
Efforts to justify circumcision have been made since the very beginnings of history. The desire to mutilate came first; the "reasons" came later.
This process of rationalization has culminated in the supposed relationship between the husband's foreskin and cancer of the genitals--one of the greatest hoaxes in the history of medicine.
Circumcision provides a convenient and socially acceptable outlet for the perverted component of the circumciser's libido. I have had personal experience with the psychopathology that underlies the wish to circumcise. The pitiful wails of the suffering infant are all too often the background for lewd and obscene commentary by the obstetrician to his audience of nurses. Several years ago I saw an infant born with multiple deformities. He could not live more than a few months at most, but to add to his miseries, this unfortunate bit of humanity had to undergo a thorough circumcision.
I have seen two medical students fight over the privilege of doing circumcisions on the newborn, although these same students showed neither interest nor aptitude for opening boils or doing other surgical tasks.
In 1951, I witnessed an autopsy on an infant who had died from an infected circumcision--a death rendered even more tragic because the mother had tried to persuade the obstetrician to spare her infant the ordeal.
Dr. Alexander Schaffer, a noted pediatrician, tells with horror of a case in which an infant was being delivered as a frank breech (buttocks first). Before delivering the baby, and just as the penis came into view, the obstetrician seized it and circumcised it. That obstetrician, I would say, may be capable ... But sexually I say he is a monster. And I say that one of the reasons why circumcision is so common in this country stems from the sadism of the crypto-pervert.
[P]sychiatrists have long been agreed that circumcision is basically a punitive act.
[T]hey [those who want all males circumcised] suffer from "foreskin envy." Cut off a man's tonsils and it does not affect his feelings about his neighbor's tonsils, but cut off his foreskin and his neighbor's foreskin becomes an object of envy and hatred. The circumcised have always behaved as if their circumcision were a stigma of inferiority. Jew, Moor, and Turk forced circumcision on servants, slaves, and whole nations of conquered people.
Because the motivations of the foreskin- phobes are so irrational, these people are hard to combat. The introduction of routine circumcision as a "medical" measure at the turn of the century aroused vigorous opposition within the profession. Dr. Warren Stone Bickham, an eminent surgeon, declared that circumcision was a disgrace and a discredit to the surgeon responsible. Nevertheless by 1920 the opposition had dwindled, and the fanatical circumcisers were in possession of the field. The opponents of circumcision failed because they did not understand the motives of the circumcisers and therefore could not grapple with them.
Only the circumcised refer to the foreskin as a "useless appendage."

[Has anyone done a study on circumcisers? What kind of person trains himself (or herself) and maneuvers himself (or herself) into a position where he (or she) can get paid to cut healthy erotogenic tissue -- living flesh -- from the genitals of unwilling, unconsenting children and babies -- or, for that matter, from willing, consenting adults?]




Sunday, July 10, 2011

¿Qué es el prepucio?

Porque muchas veces, ni siquiera nos detenemos a pensar QUÉ es lo que estamos cortando.

(Hagan click para ver el folleto en español).


¿Qué es el prepucio?

El prepucio es la capa de piel que normalmente
cubre y protege al glande o cabeza del pene.

El pliegue interior del prepucio es una
membrana mucosa, como el interior de nuestra
boca, que mantiene la superficie del glande
suave, húmeda y sensible.

El prepucio contiene una gran cantidad de
vasos sanguíneos y una densa concentración de
terminales nerviosas.

El frenillo, el pliegue del tejido de la parte baja
del pene, asegura al prepucio en su posición
delantera.

Un tejido erógeno especializado, llamado
banda puente, circunda al prepucio y su unión
mucocutánea (donde los pliegues interno y
externo del prepucio se unen)




¿Cómo cuido el pene
intacto de mi pequeño hijo?

Un pene intacto no necesita de ningún cuidado especial.

El prepucio nunca debe forzarse para que se abra.

Durante los primeros años de la vida de un pequeño,
el pliegue interior de su prepucio se mantiene pegado
al glande, de manera muy similar a como los párpados
de un gatito recién nacido se mantienen pegados a
sus ojos. El tejido que conecta esas dos superficies se
disuelve naturalmente con el tiempo, un proceso que
jamás debería ser acelerado.

El prepucio puede ser jalado hacia afuera cuando su
pliegue interno se separa del glande y su abertura se
ensancha. Esto usualmente ya ha ocurrido a los 18
años. Aún si el glande y el prepucio se separan solos
en la primera infancia, el prepucio de un bebé podría no
estar listo para jalarse porque su abertura podría ser sólo
del tamaño suficiente para permitir el paso de la orina.

La primera persona en jalar el prepucio del niño no
debería ser nadie más que el propio niño.

Un niño pequeño usualmente jala la piel de su pene
hacia atrás. Esto es normal y natural y no debe ser
causa de preocupación, pues no se hará daño. Una
vez que descubre que su prepucio puede jalarse (un
descubrimiento maravilloso para un niño con un pene
intacto), puede fácilmente aprender a cuidarlo solo.

Hablarle a su pequeño de esto antes de que ocurra
puede prevenir que se alarme cuando su prepucio se
retracte.

Cuando un chico ha crecido lo suficiente como para
bañarse solo, puede lavar su pene cuando se asea todo
su cuerpo. Unas simples instrucciones podrían serle de
mucha ayuda:

Jala tu prepucio hacia atrás con delicadeza (si ya está
listo para ello).

Enjuaga el glande y el pliegue interior del prepucio con
agua tibia.

Jala tu prepucio hacia adelante, a su posición original
sobre el glande.

El la pubertad, puede informarle a su hijo que con la
actividad hormonal vienen nuevas responsabilidades,
incluyendo la de la higiene genital.

¿Qué causa que el prepucio
de mi hijo se le ponga rojo?

Algunas veces, la punta del prepucio se enrojece.

Esto indica que el prepucio está haciendo su trabajo
de proteger al glande y al meato urinario (la abertura
para el pasaje de la orina y el semen).

Cuando las bacterias o el excremento reaccionan con
la orina, producen amoniaco, el que quema la piel y
causa dermatitis amoniacal, conocida como irritación
de pañal.

Otras causas de enrojecimiento del prepucio son:

• demasiada exposición a pañales sucios
• un desequilibrio en las bacterias de la piel
causado por baños de burbujas
• agua con alto contenido de cloro (en
piscinas o hot tubs)
• jabón en los genitales
• jabón o detergente que se queda en la ropa
• antibióticos (la flora microbiana puede
restaurarse tomando cultivo de yogurt vivo)
• orina concentrada causada por no tomar
suficiente agua

Beber agua, tomar baños de agua tibia y correr un
poco con las nalguitas al aire le ayudan a curar esto.


¿Qué son esos granitos blancos
debajo del prepucio de mi niño?

Los granitos blancos se forman en las células que
antes sujetaban el prepucio al glande. Mientras
nuevas células se forman sobre el glande y en el
pliegue interior del prepucio, las viejas células forman
“paquetitos” que con el tiempo se mueven a la
punta del prepucio, de donde simplemente pueden
limpiarse. El espacio que ocupaban se convierte en el
espacio prepucial entre el prepucio y el glande. Así,
si usted ve algún granito blanco debajo del prepucio
de su hijo, ya sabe que la separación entre el prepucio
y el glande está ocurriendo con naturalidad.


¿Qué es la fimosis?

Esta palabra de origen griego significa “con bozal” y se
usa –a menudo incorrectamente– para referirse a un
prepucio que no puede retraerse (por cualquier razón).

Una discusión amplia de la fimosis va más allá del
alcance de este folleto. Lo que los padres deber saber
es que casi todos los bebés tienen un prepucio que no
se retracta. Esto es normal. El prepucio de la mayoría
de los hombres se vuelve completamente retractable
cuando tienen 18 años. También es importante
saber que muchos varones adultos con un prepucio
que no se les retracta se encuentran perfectamente
contentos como están. Si un hombre quisiera que su
prepucio se retracte, puede fácilmente y con seguridad
jalarlo y extenderlo lo suficiente hasta que se le abra
cómodamente sobre el glande o cabeza del pene. Un
prepucio no retractable no es, por sí mismo, una indicación
para la circuncisión.


¿Qué pasa si alguien le retrae prematuramente
el prepucio a mi hijo?

Forzar el prepucio hacia atrás puede ser muy doloroso
y también causar problemas.

Rasgar el prepucio del glande deja heridas vivas y
abiertas que pueden producir infecciones.

Las superficies abiertas en el prepucio y el glande
pueden sanar juntas, formando adhesiones.

Pequeñas rasgaduras en la abertura del prepucio
pueden sanar para formar un tejido de cicatrización
carente de elasticidad, causando posiblemente que se
forme fimosis.

El prepucio puede quedarse “atorado” detrás del
glande (parafimosis). Apretando el glande, el prepucio
puede traerse de vuelta hacia delante, sin necesidad de
una circuncisión.


¿Por qué el prepucio de mi hijo
“se infla” cuando orina?

Esta es una indicación de que la separación natural
del glande y el prepucio está ocurriendo. Un viejo
irlandés cuenta que cuando era niño, él y sus amigos
“suficientemente suertudos de tener un prepucio
que se les inflaba” se paraban en fila, orinaban, y
entonces apretaban el “globito” formado para ver
quién “disparaba” más lejos. Al aumentar la abertura
del prepucio, la mayoría de los niños disminuyen sus
posibilidades de ganar este juego, pero aumentan su
habilidad de retraer su prepucio.

Muchos doctores no están enterados de la más reciente
información sobre el pene intacto y recomiendan la
circuncisión para cualquier problema del prepucio. La
National Organization of Circumcision Information Resource
Centers, dedicada a la preservación y protección del
cuerpo completamente natural y normal de los niños,
estará encantada de recomendarle a un doctor que
entienda las funciones e importancia del prepucio.


Más información en inglés puede encontrarse
en: www.nocirc.org y en www.cirp.org.

Folletos NOCIRC: Hay once diferentes (sólo
dos en español), a 50 centavos c/u o 100 por
$30 (el mismo o diferentes), más $5 de envío y
manejo.

La guía NOCIRC Resource Guide tiene la
lista de folletos, libros, artículos, boletines y
videos de NOCIRC, así como otros recursos
informativos. Gratis, si manda un sobre a su
nombre con timbre postal (SASE).

National Organization of Circumcision
Information Resource Centers
Post Office Box 2512
San Anselmo, CA 94979-2512 USA
Teléfono: 415-488-9883
Fax: 415-488-9660
www.nocirc.org



¡El prepucio NO es un defecto de nacimiento!




Tuesday, June 28, 2011

Testimonio de Van Lewis: "Constantemente recuerdo lo que me robaron".


Nuestro compañero activista Van Lewis, que dedicó buena parte de sus energías a luchar contra el abuso sexual y la mutilación genital medicalizada en los Estados Unidos, acaba de fallecer a principios de junio, a los 68 años de edad y tras una larga enfermedad.

Todavía éste año intercambiamos algunas breves palabras en grupos de Facebook. Cuando le comenté que estaba planeando un artículo sobre el trauma de la circuncisión (justamente el artículo que sigue después de ésta entrada, cronológicamente el anterior a éste), Lewis se interesó en que yo tradujera al español éste testimonio que él puso en la página de Sue Easy.

Ya un fragmento de su texto lo había incluido en el artículo original, sin embargo, siento que debo honrar la petición que un día él le hizo a una desconocida del Internet, y aquí dejo la traducción completa.



(Van Lewis y su hermano en una de sus primeras protestas contra la circuncisión infantil).

Y nada de ponerse a decir que la circuncisión es mejor hacérsela a los bebés "porque no se acuerdan". Por supuesto que se acuerdan, subconscientemente.
El daño es daño independientemente de la edad. El abuso sexual es abuso sexual independientemente de la edad, y también los bebés pueden sufrir traumas.



"Bueno, yo fui circuncidado cuando tenía seis años de edad, porque mi pediatra estaba casada con un cirujano, y regañó a mi madre por no haberlo hecho cuando nací, afirmando que me causaría problemas y más dolor en la edad adulta. También dijo que yo tenía una infección; después de todo fuimos a verla porque yo me tocaba mucho. Por supuesto, mi prepucio acababa de retraerse por primera vez, y yo estaba descubriendo una parte nueva de mi cuerpo, por eso lo tocaba. De hecho, todo lo que el Dr. Guanzom le dijo a mi madre era una mentira.

La pareja que me circuncidó, por cierto, era de inmigrantes filipinos, y en Filipinas lo hacen como ritual religioso – alrededor de los seis años de edad, de forma pública, y sin anestesia. Yo sí recibí anestesia, dado que recuerdo haber contado dieciséis piquetes de aguja entrando a mi cuerpo, mientras mis muñecas estaban sujetas a los lados de mi cuerpo. Recuerdo la sensación de jaloneos y manos frías. Los recuerdo diciéndome que esto era necesario y por mi propio bien. Recuerdo a una enfermera – o mi madre – dentro del cuarto. Recuerdo una sábana sobre mi pecho, con mi camiseta levantada, para que no pudiera ver lo que me estaban haciendo. Recuerdo una lámpara brillante arriba, y yo podía sentir su calor en mi vientre, y ésas manos frías. Puedo oírlo acomodando sus herramientas, y puedo sentir todavía la picazón y dolor de su gasa, frotándola sobre mí. Recuerdo que sentí cómo cosía una pieza de gasa, que se caería por sí misma. Recuerdo que todo el tiempo yo pensaba que seguramente era sucio y malo por tocar mis partes privadas – que éste era mi castigo – y que estaba indefenso frente a ésta gente.

Recuerdo haber sido y haber muerto – justo ahí sobre la mesa. Recuerdo que abandoné mi propio ser y traté de correr, deseando de verdad estar muerto. Recuerdo que no podía moverme, a excepción de poder presionar mis dedos unos contra otros, una y otra y otra vez. Recuerdo que estaba paralizado y no podía hablar. Mi propia respiración se sentía ajena, no era yo sino otro pobre chico el que yacía sobre la mesa (ésta “disociación” provocada por un trauma, ha sido reconocida como un debilitador Desorden Disociativo, uno que explica por qué nunca cuestioné mi propia circuncisión ni la asocié con sus efectos, hasta el año pasado). Recuerdo al Sr. Guanzom cuando terminó, con sus gruesos anteojos, agitando el órgano sanguinolento frente a mi cara, y diciendo con su acento y su sonrisa sorprendentemente amistosa pero a la vez malévola, “Ya no quieres esto, ¿verdad que no?... Esto es sucio”. Luego vi cómo lo desechaba. Recuerdo que pensé que había aprendido mi lección, porque ahora me lo devolvería. Después de todo, mi abuela podía robarse mi nariz y luego ponerla de nuevo, aunque yo siempre sabía que en realidad era su pulgar – debía ser verdad. Recuerdo que durante días no hablé, pasaba mucho tiempo en el baño, tan sólo observando y tratando de explicármelo. “Tal vez mami quería otra niña”. Después pensé que era una niña y un niño, y que mamá quería “componerme”.

Recuerdo que podía jalar la piel de mi escroto, pero no se quedaba ahí, y picaba y ardía muchísimo. Un par de días después se puso muy rojo y me enfermé mucho. Recuerdo que no podía agacharme para atar mis zapatos por lo mucho que dolía. Recuerdo que tuve un sueño donde iba de compras con mi abuela, a buscar partes del cuerpo; estaban dentro de unos tarros en una tienda especial – brazos, piernas. Y recuerdo que no podía dormir con mis brazos o piernas colgando fuera de la cama, porque el monstruo bajo mi cama iba a cortármelos, justo al ras de la cama con un ángulo perfecto. Tenía que comprarme nuevas partes en la tienda. También recuerdo un sueño sobre mi nueva hermanita (que nació el año en que yo tenía seis), donde ella estaba parada a la orilla del río, y su cabeza se caía justo en donde se la habían cosido.

No puedo ni empezar a explicar lo que esto me causó psicológicamente, y todavía es duro para mí afrontar la realidad y estar seguro al hacerlo; tuve experiencias cuando era adolescente en donde yo estaba seguro de que cuando niño me habían acosado, como si tuviera recuerdos o memorias, tan sólo una sensación. Esto era perfecto para mí, porque explicaba por qué yo era homosexual (algo que sólo acepté por completo hasta mi tercer año de Universidad); estudiaba auto-hipnosis, seguro de que lo descubriría y afrontaría, y que eso me sanaría. Esto pasó poco después de que el prometido de mi madre, a quien pensaba confesárselo al poco tiempo, muriera en un accidente automovilístico, cuando él murió yo sentí que estaba enfermo y que Dios me odiaba, así que debería arrepentirme de ser como soy, y cambiar.

Cuando comencé a hacer preguntas y traté de recordar lo que había pasado, ni una sola vez consideré a la circuncisión como la culpable (tal vez porque la negación era precisamente el mecanismo psicológico que me causó mi disociación), y honestamente sólo fue hasta hace muy poco que comencé a comprenderlo. Lo que se me hizo psicológicamente, no lo puedo explicar a detalle, pero sí sugiero que cualquier interesado visite el sitio de www.sidran.org. (N. de la traducción: un sitio Web de ayuda para superar el trauma psicológico).

No solamente fue hasta hace muy poco que reconocí el gran error del Doctor, en pretender siquiera que la circuncisión era una opción viable. Yo sabía que había un “nudo” que podía sentir desde adolescente justo en la zona de mi cicatriz de la circuncisión cuando estaba erecto, pero simplemente asumí que eso era normal. No tenía ni idea de que la razón por la cual mi pene era peludo (lo cual yo asumí que era normal), era que el Dr. Amputó TODA la piel de mi pene, y al coser la herida jaló la piel de mi abdomen por arriba y por los lados, y del escroto por abajo. No sabía la razón por la cual el glande nunca creció junto con el resto; de hecho, hay una obvia reducción de tamaño desde la cicatriz de la circuncisión hacia adelante, porque amputó todas mis venas y mi flujo sanguíneo, el “nudo” que yo sentía era probablemente una vena hinchada que se había anudado sobre sí misma. Ni siquiera sabía a quién cuestionarle todas ésas cosas – habiendo escuchado siempre que “los penes vienen en todas las variedades y formas” – hasta que la pérdida de sensibilidad se volvió casi total hace poco tiempo, gracias a la keratinización gradual y a la estrechez de la piel sobrante. Nunca noté las estrías a los lados. Creí que todo mundo tenía los testículos levantados hasta donde la piel se vuelve más clara (donde se tiene la cicatriz de la circuncisión), porque la parte baja de mi pene estaba totalmente envuelta en el escroto.

Creí que todos los hombres tenían que rasurarse los pelos del pene, agachándose sobre el excusado varias veces a la semana para poder verse “lisos”, tal como las mujeres se rasuraban las piernas.

La razón por la que estuve enfermo después, fue porque desarrollé una infección en la sangre, y casi morí. Ésa infección sí que causó una reacción inmunológica cruzada, y por lo tanto, una respuesta autoinmune. Poco después empecé a temblar mucho, y desarrollé un desorden motriz como el síndrome de tourette combinado con coreoatetosis, más que nada éste último, así como desorden obsesivo compulsivo, el cual seguido me metía en problemas, siempre me dijeron que lo estaba fingiendo – aún hoy. Ahora se ha vuelto tan severo que estoy demasiado incapacitado incluso para atravesar una puerta, en ocasiones, sin que me tome horas y me duela. Tengo artritis en mis articulaciones. He visto pasar de largo todos mis sueños porque estoy incapacitado. No más estudios fuera, ni trabajos con la Agencia de Defensa e Inteligencia (DIA). Ya no puedo unirme a las Fuerzas Armadas como segundo plan, como criptolingüista. Ni siquiera puedo hacer un trabajo simple. Nunca podré practicar artes marciales, ni siquiera hacer ejercicio de la manera en que me gustaría, lo cual es muy importante para mí. Tengo dolor todos los días, lo cual constantemente me recuerda, cada vez que uso el sanitario, o incluso cada vez que estoy sentado solo en un cuarto, lo que me robaron. No sólo un pedazo de piel, sino mi vida; no sólo mi vida, sino mi ser. Últimamente he notado que no puedo mentalmente hacer las cosas que podía hace apenas un año, e incluso que soy inferior a como era de niño – mucho muy inferior. El razonamiento espacial en tercera dimensión lo he perdido ahora, el cálculo ya no es emocionante, olvido palabras simples, no reconozco gente que me ha conocido por años – todo es un daño neurológico. Mi sentido del olfato de hecho se ha desarrollado mucho desde mi último ataque infeccioso, lo cual es extraño. No puedo ni sentarme derecho más que algunos segundos sin que me duela severamente la espalda y el cuello".

VABoy_Mutilated


http://www.sueeasy.com/class_action_detail.php?case_id=258


Una entrevista reciente a Van Lewis la pueden ver justo aquí:





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