Sunday, July 11, 2010

Sí, también hay bebés que se mueren por causa de la circuncisión.


Me permito traducir éste pavoroso artículo, en vivo y en directo desde Peaceful Parenting, el galardonado sitio Web de Danelle Frisbie, gran activista y chucha cuerera de todos los temas relacionados con el nacimiento y el bebé. Siempre lo he dicho, ésta mujer, con doctorados en psicología y sexualidad, sabe de lo que habla. Cuando la atmósfera amateur y excesivamente subtemática de mi blog los harte, vayan con ella.

El artículo es tan largo que haré un resumen, y la idea central es ésta: en Estados Unidos, entre 100 y 250 bebés mueren cada año por causas relacionadas con la circuncisión rutinaria. Las causas derivadas van desde hemorragias, infecciones, gangrena extendida, o el simple y llano shock (y no me refiero a la definición "romántica" de shock, como cuando decimos que algo nos asombra, sino el verdadero choque circulatorio que rápidamente nos puede despachar para la otra vida, y con mayor razón a un recién nacido), como consecuencia de lanzarle a un corazoncito recién nacido semejante dolor y estrés, y que puede acarrear un peligro fatal.

Entre cien y doscientos cincuenta bebés.
Espero que no me vayan a decir que son poquitos.

Debemos recordar que es extremadamente difícil conocer la cifra real de cuántos bebés son puestos en peligro mortal debido a ésta operación no necesaria y hecha casi completamente por capricho paterno.

¿Por qué?... Porque los hospitales en Estados Unidos ni siquiera están obligados a registrar el número de circuncisiones, y mucho menos registrar a la operación como causa subyacente del fallecimiento de algún bebé. Muchas son disfrazadas bajo eufemismos como "infección", "hemorragia", "shock cardiógeno", "shock hipovolémico" o cualquiera de los síntomas, ya me entienden. No la causa real sino el síntoma.




Debemos imaginar que en México la cosa no ha de ser muy distinta. Los hospitales seguro que tampoco llevan un registro exacto de cuántos bebés son sometidos a la operación... Ya no soñemos con que lleven registros exactos y veraces acerca de si algunos bebés mueren por esta causa.

Por un lado, en nuestro país no siempre es común que se haga en recién nacidos de dos o tres días de vida, como hacen los salvajes de los norteamericanos; sino que muchas veces los papás esperan tres, seis o nueve meses después de nacido el niño. El riesgo de hemorragia fatal disminuye, pero naturalmente sigue ahí el riesgo de infección o de shock. En muchas ocasiones, en nuestro país sí se usa anestesia (no siempre, porque muchos todavía se tragan la de "es que a los bebés ni les duele, mano"). Pero ésto trae un doble filo porque la anestesia puede ser enormemente riesgosa en un bebé, así que al final yo creo que vamos más o menos parejos en cuanto a la proporción de complicaciones.
Nuestro querido, excelso, hermoso y nunca bien ponderado sistema de medicina social muy probablemente también se ha manchado las manos alguna vez con sangre de un bebé que murió, o estuvo a punto de morir, por una operación que no necesitaba. Y también médicos privados, seguramente.

Una cirugía nunca está libre de riesgos potencialmente horrendos.


8 de mayo de 2010

Muerte por circuncisión

Por Danelle Frisbie, Ph. D., M.A.

1 onza de sangre - comparando su tamaño dentro de un vaso con una moneda de 25 centavos.
Un bebé recién nacido se encontrará en un estado de hemorragia crítica si pierde una onza de sangre.



Un bebé sólo necesita perder 1 onza de sangre para tener hemorragia, y sólo 2.3 onzas para morir como consecuencia de ésta pérdida. Ésto puede pasar, y de hecho pasa con alarmante velocidad.

(...)

El prepucio está altamente vascularizado, y sangra al ser cortado, es común cortar la arteria frenular. Los recién nacidos sólo tienen una mínima cantidad de sangre en el cuerpo y sólo pueden tolerar perder el 20% antes de entrar en shock o morir. Un recién nacido varón de 4 kilogramos sólo tiene 340 mililitros de sangre al nacer, 85 mililitros por kilo de peso. Una pérdida de sólo 68 mililitros, 20% de su total, es suficiente para causar hipovolemia. Muchos bebés nacen pesando menos que éso. La circuncisión, desde luego, conlleva un riesgo inherente de shock hipovolémico y muerte.

Por éso muchas veces se utilizan "clamps" (prensadoras o pinzas) en el sitio de la amputación al momento de operar - para evitar el sangrado. Por eso también las pinzas se dejan en el sitio de la herida alrededor de 5 minutos después del corte (lo cual es horrendamente doloroso para un recién nacido, que no puede ser puesto en anestesia general a tan corta edad). El clamp existe para que el bebé no muera desangrado. Por más que queramos prevenir, un bebé sano simplemente no fue diseñado para que se le corten órganos funcionales del cuerpo al nacer, y las consecuencias son más comunes de lo que creemos.

En el meta-análisis estadístico de 1989-2009 los resultados fueron claros: siempre hay más posibilidades de complicaciones, enfermedad, infección o muerte como consecuencia de la circuncisión que como consecuencia de mantener al niño intacto.

En muchas ocasiones, la hemorragia no ocurre sino hasta que los padres abandonan el consultorio u hospital, llevándose a su bebé con una herida fresca. (Ojo con ésto, papás mexicanos:) Los pañales desechables modernos, especialmente los populares "absorbentes" que tan comunes son en la cultura infantil de ahora, esconden fácilmente una o dos onzas de sangre de una herida abierta. Pensamos en culpar a los padres: "¡Debieron VER la sangre y correr con su hijo a Emergencias!"... Pero no siempre podemos ser tan rápidos para culpar a los padres malinformados, que merodean entre los mitos del corte genital.

Primero, nadie le dice a ésos padres que el bebé puede tener hemorragias y que existe la posibilidad de muerte.

Segundo, rara vez están enterados de las complicaciones que surgen y de cómo se ven.

Tercero, hasta dos onzas de sangre son fácilmente escondidas por un pañal desechable superabsorbente, y para cuando se descubre puede ser muy tarde.

"Decidimos poner ésto a prueba y mojamos un pañal Huggies desechable que ya había sido ligeramente "usado" (con orina, sí, ésto fue un experimento de ellos en Peaceful Parenting, no vayan a creer que fue mío), con 2.5 onzas de sangre (más de lo que necesitaría perder un bebé para tener una hemorragia peligrosa). Los resultados nos asombraron. No hay manera de saber que el bebé está desangrándose cuando tiene puesto un pañal desechable. Y toma muy poco tiempo para que una amputación recién hecha pierda ésa cantidad de sangre."



El pañal que contenía las 2.5 onzas de sangre, por fuera...

... y por dentro.

Cuarto, (y atención, porque ésto SEGURITO que aplica igual para México), los hospitales son rápidos para esconder sus errores, y en nuestra cultura pro-corte genital se continúa propagando mitos acerca de cuán riesgosa es en realidad la circuncisión, subestimando los riesgos y acallando las historias trágicas. Los padres rara vez hablarían abiertamente de la muerte de su hijo debido a una circuncisión, porque éso sería admitir que una operación innecesaria y cosmética mató a su niño.

Finalmente, casi nunca se oye que un abogado tome el caso de un niño muerto por ésta causa, porque en nuestra sociedad los recién nacidos sencillamente no son valorados.

Por eso continúa el círculo de ignorancia.

No sabemos cuántos mueren en realidad porque las muertes son drásticamente sub-reportadas. Puede ser registrada fácilmente como "muerte de cuna", "falla cardiaca" (¿saben cuántos bebés en verdad nacen con fallas cardiacas fatales, algo que de verdad los mate?... Como uno en cada tropecientosmil), "epilepsia", "coma", "hemorragia", "shock" o "infección", pero sin necesidad de ahondar en los detalles... y los detalles son un trauma físico como resultado de la amputación genital.

Se calcula en alrededor de 230 bebés al año, muertos como consecuencia de la circuncisión. Los hospitales reportaron aproximadamente 117. Pero no somos los únicos en estimar que podrían ser, por lo menos, el doble.

Es también muy inquietante el hecho de que la Academia Americana de Pediatría difunde ampliamente advertencias acerca del ahogamiento como una de las más altas causas de mortalidad en niños, a pesar de que muchos más niños mueren por circuncisiones que por ahogamiento.

(...)

¿Dónde está la advertencia de la AAP?

Uno de ésos bebés fue Ryleigh McWillis, que murió como resultado de una circuncisión.

Ryleigh empezó a sufrir algunas de las consecuencias típicas de la amputación de un órgano a su frágil cuerpo, pero fue revisado por un doctor y enviado a casa. Sus padres lo notaron "molesto" todo el día (de nuevo, normal para un bebé al que se le acaba de cortar 1/3 de la piel del pene - el síndrome de estrés postraumático es común en bebés circuncidados, sobre todo si se hizo sin anestesia). Por la noche había sangre en su pañal, pero sus padres no se preocuparon demasiado. Su madre dijo que la sangre "estaba de color más bien rosado, diluida por la orina". La madre estuvo sentada toda la noche sosteniendo al niño, y al cambiarle el pañal por la mañana nuevamente había sangre. Lo llevaron al hospital, y para el mediodía estaba siendo transportado por vía aérea al Hospital Infantil de British Columbia.

A pesar de las transfusiones, solución salina, antibióticos e intentos de resucitación, el niño de un mes de edad, nacido perfectamente sano, murió. Todo ésto por una operación innecesaria y cosmética.

Es infrecuente que éstos casos salgan en las noticias o se permitan entrevistas, pues la culpa que deben sentir los padres es abrumadora. De por sí los padres de niños que sobrevivieron sin problemas, sienten culpa al enterarse de todo lo que la circuncisión le quita al niño y al hombre en que se convierte. Los padres de Ryleigh, en lo que parece ser una intensa negación de la situación que mató a su hijo, afirman que si tuvieran otro bebé varón, probablemente elegirían circuncidarlo también.

Aquí insertaría un comentario sarcástico y mordaz, si el tema no fuera tan horrendamente serio y triste.





Sunday, July 4, 2010

¿Y qué diferencia hace para ÉL?

Intenten iniciar ésta conversación con cualquier persona que piense que un padre, o una madre, tiene el "derecho de decidir" hacerle una amputación genital a su hijo.

Y es que así suele ser, ¿no?... En nuestro país, en Estados Unidos, en buena parte del mundo Occidental y en el Medio Oriente y entre las principales religiones del mundo, impera la idea de que los genitales de un niño son propiedad de sus padres, para decidir alterarlos irreversiblemente.

La gente honestamente, auténticamente ha caído en el engaño de creer que, dado que la circuncisión masculina es "buena" o "necesaria", o en el mejor de los casos "irrelevante"; entonces los padres tienen el derecho de "decidirla" para sus hijos.


Jamás se nos ocurre que ésta decisión, por alterar el cuerpo masculino y alterar la sexualidad de una manera importante, le corresponde solamente al dueño del cuerpo. No. En verdad creemos que la decisión es del padre o de la madre o del seguro médico...




Pregúntenle a ésa persona: "Oye, y cuando un niño nace, ¿quién es el que decide hacerle la operación?... Hagan la pregunta de manera inocente, como si no supieran la respuesta.

Por supuesto, el individuo contestará que: "la mamá" o "el papá", o ambos, con toda lógica.

Después pregúntenle: "Oye, ¿pero y qué pasaría si un doctor decidiera operar al niño sin el consentimiento de los padres? ¿Estaría bien? ¿Sería ético?"

Lo más probable es que la persona se horrorice y diga algo, similar a lo que a mí me dijo en su momento la persona con quien tuve ésta conversación (que por cierto es una amiga cercana a quien quiero muchísimo, pero en fin, el choque ideológico llega cuando uno menos lo espera), algo como ésto: "¡¡¡Ayyyy no!!! ¡Eso no estaría bien! ¡Éso sería una negligencia médica!"...

(Por cierto: sí, sí se han dado casos, en Estados Unidos se dan todo el tiempo, vean el caso número 6 y el número 10 de ése link... ¡23,000 dólares de demanda!).


Claro, sería negligencia médica. Pero les tengo una mala noticia. Hacer, por ganar dinero, la voluntad de unos padres necios o ignorantes o malinformados, que creen que su hijo necesita una amputación genital porque sí, y ya, o porque así es como se nos antoja que va a quedar limpio y bonito, también es un gran pedazo de negligencia médica. También debería serlo.


Aquí viene la pregunta del millón.

¿¿Y éso qué diferencia le hace al niño??

¿Al niño qué más le da quién haya sido la persona que tomó la decisión? ¿Qué más da si fue su mamá, su papá, un doctor, un mohel de barba y trencitas, un sacerdote, o una mujer del desierto que pastorea cabras y empuña un cuchillo? ¿O un ritualista salvaje mutilador de niños africanos? ¿A él qué diferencia le hace?...
Para el niño, el resultado es el mismo. El resultado es que tuvo que aguantar una mutilación genital dolorosa, muy posiblemente innecesaria, y no consentida por él, por el dueño del cuerpo.

¿Qué?... ¿Cuál va a ser la diferencia cuando crezca?... Que en vez de escuchar a sus papás decir algo como "Claro m´ijo, así está más limpio, más bonito y más saludable", los va a escuchar decir "Ni cuenta nos dimos a qué horas te la hizo el doctor, no nos pidió permiso".

Ésa es la diferencia.
O sea, ninguna, porque su cuerpo sufrió lo mismo.


Ésta es una gran imagen, y la frase es muy poderosa. La traducción al español no es fácil, por ser una expresión coloquial en inglés, que quiere decir algo como: "Lo que es bueno para uno, es bueno para el otro, y para el otro también... Una niña tampoco lo recordaría. Cuestiona la circuncisión".


Papá, mamá: asumir que tu hijo, al crecer, va a tener una opinión idéntica a la tuya con respecto a la amputación genital, con respecto a su cuerpo y a la necesidad de cortarle un trozo de los genitales, es por lo menos peligroso. Es gratuito y está excedido de una confianza temeraria. ¿Por qué?... Porque es su cuerpo. Es su derecho. Ningún padre debería tener que tomar ninguna decisión, porque ésto ni siquiera lo debería poder decidir un padre. La inmensa mayoría de las circuncisiones que se hacen en nuestro país, en otros países y en el mundo, no son necesarias. Aunque el doctor diga que lo eran. Claro, que para él es "necesaria" cualquier cosa que le infle los bolsillos y le inyecte la cartera, (a ése paso, las mujeres también vamos a "necesitar circuncisiones" cada vez que nos dé una infección. Que hay crisis económica, caray). Y dado que no son necesarias, son un pisoteo al derecho del niño de conservar su cuerpo íntegro.




Doctor: ¡¡tu paciente es el niño!! ¡No su padre ni su madre ni mucho menos sus caprichitos estéticos y sociales!... Es el bien del niño el que debería ser prioridad.

Y el niño, a menos que tenga un problema gravísimo y fuertísimo y rarísimo (ver éste otro Post), no necesita ni quiere una circuncisión. La prueba es que muy pocos hombres eligen por su propia cuenta circuncidarse cuando son adultos (los hombres que han sido engañados para creer que "necesitan una" por algún motivo "de salud", son otro boleto).

Pensemos ésto. El niño, casi con toda seguridad, no elegirá una circuncisión para sí mismo. De que hay casos, los hay, pero son bastante escasos. Y hay una razón para éso. Duh.

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