Este
artículo se publicó en inglés, el 30 de julio de 2012, en el sitio Web de Intact America:
Traducido
por Clara Franco.
Nota introductoria (de la traducción): este artículo es muy relevante
porque en Alemania, el año pasado (2012), se hizo ya un intento por declarar
ilegal la circuncisión de menores de edad. No es la primera vez: tribunales en países
como Noruega y Holanda también han llegado a discutir esta posibilidad. Los
europeos, bastante avanzados en cuestiones de Derechos Humanos, discuten si
acaso la “libertad religiosa” de los padres es más importante que el derecho de
los niños a no sufrir mutilaciones genitales en sus cuerpos. Lamentablemente,
Alemania es un país con una historia muy
delicada en cuestiones relativas a los judíos: por desgracia, la memoria del
Holocausto sigue muy presente, y los judíos actuales pueden ponerle muy rápido a
los alemanes la mordaza de la vergüenza histórica.
Nosotros en México Intacto,
sin embargo, coincidimos con esos legisladores en que los derechos de los niños son más importantes que los derechos
religiosos de sus padres. Vaya una cobardía: voy a tomar a este menor de
edad y cortarle partes de su pene porque así yo manifiesto mi creencia religiosa. Lo ideal sería que el adulto, si en verdad
se quiere mostrar tan fuerte y valiente, mutilara su propio cuerpo para demostrar su creencia en la deidad que ordenó
tal mutilación… En lugar de tomar a un menor de edad y esculpir su pene (o
vagina) al gusto particular de ese dios. Por lo tanto, nosotros declaramos que los derechos de un niño a que no se le
manosee, mutile y corte en sus genitales es mucho más importante que
el derecho de sus padres a expresar una creencia religiosa. Es más, ese niño
podría crecer y decidir cambiar de religión, pero tendrá que vivir por siempre
con los genitales esculpidos y modificados al gusto de sus padres y de la
sociedad.
Querida Alemania: siéntete segura en tu decisión.
Lo que estás haciendo NO es antisemita. Defender los derechos de los niños no
es antisemitismo ni anti-islamismo, es defender los derechos de la infancia y
punto. El tema ya está puesto sobre la mesa. Confío en que durante mi
tiempo de vida en la Tierra me tocará ver el día en que sea ilegal cortar los
genitales de un menor de edad – en todo el mundo. Clara Franco.
Intact
America – La reciente decisión de un tribunal de Colonia, Alemania – tomada
tras las complicaciones por circuncisión que sufrió un niño de cuatro años,
hijo de padres musulmanes – misma que declaró a la circuncisión infantil como
un delito y una violación a los derechos humanos, parece haber comenzado una
tendencia. Poco después, en Austria y Suiza, varios hospitales anunciaron que
dejarán de circuncidar niños en los casos que no presenten necesidad médica.
Grupos de judíos
gritan "¡anti-semitismo!" (a pesar de que el niño en cuestión no era
judío) - mientras citan el hecho de que entre los musulmanes, la circuncisión también
es omnipresente. Un grupo de rabinos calificó la decisión de la corte alemana
"lo peor que ha ocurrido desde el Holocausto." Por lo tanto, según
ellos, cualquier esfuerzo para prohibir el corte genital de niños (varones),
viola la libertad religiosa de los pueblos que justifican este ritual basándose
en citas de un libro antiguo.
Mientras
tanto en Nueva York, temeroso de ser llamado anti-judío, el Departamento de
Salud ha permitido a los judíos ultra-ortodoxos continuar una práctica, "metzizah b'peh", mediante la cual
el rabino circuncidador chupa con su boca la sangre del pene recién cortado.
Este ritual, practicado sólo por un pequeño segmento de la población ortodoxa,
ha provocado dos muertes por infección en Brooklyn, así como lesiones devastadoras - incluyendo ceguera y daño
cerebral – en otros once niños. El rabino circuncidador (mohel) sabía que estaba activamente
infectado con herpes, una enfermedad que los adultos pueden sobrevivir, pero
letal para los infantes.
En
respuesta, algunos funcionarios han propuesto que los padres firmen un "formato
de consentimiento", que no haría nada para proteger al niño, pero que
permitiría a la Ciudad evitar cualquier responsabilidad y culpar en cambio a
los padres. Ahora nosotros preguntamos: ¿Así
se ve la libertad religiosa?
¿Es esto lo
que estamos protegiendo, sólo para asegurarle al mundo que no somos anti-semitas?
¿Acaso éste
bebé, adormecido por el shock mientras
el vino le escurre de la boca, nos va a dar las gracias por preservar la libertad
religiosa de sus padres para contratar a alguien que cortó parte de su pene?
¿Es
antisemita (o anti-musulmán) abogar por los bebés y los niños que tienen su propio derecho a la libertad
religiosa, pero son demasiado jóvenes para ejercerlo?
¿Acaso no
es genuinamente anti-semita y anti-musulmán el dejar de defender a los hijos de Judíos y Musulmanes? ¿Son ellos menos
dignos de nuestra protección?
Georganne
Chapin y Geisheker John
(John
Geisheker es abogado y director ejecutivo de Médicos Contra La Circuncisión)